Cada semana los concursantes del reality recibían la visita de uno de sus familiares o personas más queridas en la isla. Según avanzaban las semanas, Adara comenzaba a sentirse triste porque no llegaba la tan ansiada visita de su madre. Confesaba incluso haber soñado con ella cada día, pudiendo así verla y tocarla después de tanto tiempo. Hoy, durante la emisión de ‘Supervivientes: conexión Honduras’, se cumplía el sueño de la concursante.
Sin embargo, el programa no ha querido ponérselo nada fácil. Al pedirle que se subiera la barca para cambiar de playa, Laura Madrueño le pedía que no se hiciera ilusiones por si acaso. Al llegar a la nueva localización, recibía un pergamino escrito con la letra de su madre en el que descubría que no podría verla hoy. Volvía de nuevo con sus compañeros visiblemente triste por no poder ver a su madre.
Lo que no esperaba es que el programa hubiera escondido a Elena, su madre, dentro de una caja y que tuviera que jugar a adivinar distintos platos para ganar más minutos con su madre. Debido a los nervios, le costaba cumplir el reto por lo que los compañeros e Ion Aramendi no dudaron en darle pistas para conseguir el objetivo.
En cuanto terminó la dinámica, madre e hija corrieron a abrazarse, viviendo el momento que tanto tiempo han esperado. La madre de la concursante le aseguraba que ya está muy cerca del final del concurso y le daba la enhorabuena por lo bien que lo estaba haciendo estas semanas. Para tranquilizarla, le comentaba «está todo como tú querías que estuviera», a lo que ella respondía asintiendo mientras las lágrimas corrían por su rostro.
Antes de que su madre se marchara en la barca, sin dejar de llorar, atendía a sus últimas palabras de aliento. «Estoy súper orgullosa de ti. Gracias, de verdad, por cuidarme. Te echo mucho de menos, ahora nadie me llama siete veces» recordaba. Le animaba a mirar el cielo cada noche para recibir la fuerza que ella le manda desde España. Eso sí, sorprendía la petición de Adara a su madre en el último minuto. La concursante le pedía que le esperen con galletas bañadas en chocolate negro y chocolate blanco además de tener preparada una barra de pan y varias tortillas de patatas caseras.
Con una sonrisa en el rostro tras poder reencontrarse con su madre, algo que tanto había ansiado las últimas semanas, Adara Molinero lloraba de felicidad al despedirse de ella, sabiendo que tiene un apoyo muy fuerte fuera del concurso y recordando sus consejos para llegar hasta la final.