En el año 2013, el primer prototipo de carne cultivada en forma de hamburguesa se presentó en los medios. Esta resultaba como una hamburguesa que se basaba en 10.000 tiras que contenían miotubos diseñados en un hidrogel. No, no era carne vegetal, sino carne cultivada en laboratorios.
Sin embargo, los tejidos de diseño similares a los músculos también requerían la adición de colorantes (jugo de remolacha), sabores (azafrán y caramelo) y texturizadores (migas de pan y un aglutinante) para hacerla similar en apariencia a una hamburguesa. Y ahora se ha esclarecido un tipo de carne nacida con células madre inmortales.
Conocida como carne sintética o cultivada, es un producto que se crea en laboratorios, pero si crees que por ser elaborada por científicos no contiene materia animal… ¡estas equivocado! Pues se genera a partir de células madre extraídas de músculos de animales, suero fetal y otros elementos.
La carne cultivada con células madre para una producción de carne ‘infinita’
Las células se multiplican en un laboratorio, colocándolas en un medio de cultivo junto con otros elementos y nutrientes como: suero fetal bovino, mioglobina, vitaminas, aminoácidos, grasa y tejido conectivo.
Estas células musculares en su medio de cultivo se colocan en un disco de crecimiento en el que se tienen que colocar ciertas estructuras para que las células crezcan y formen una estructura similar a la de la carne, lo que formará parte del producto final, como puede ser almidón, pectinas u otros. Para conseguir el tono de un músculo real, se le somete a una estimulación eléctrica.
Aunque para que la ganadería celular, es decir, el proceso de cultivo de carne en biorreactores, alimente a millones de personas, será necesario superar aún varios desafíos técnicos, ya que, se deberán cultivar células musculares de pollo, pescado, vacas y otras fuentes de alimentos para producir millones de toneladas métricas por año.
La realidad es que hasta que se establezcan los métodos de producción comercial y los productos finales podrán establecerse los impactos en el medio ambiente, el bienestar de los animales y la salud humana.
Estas células podrían estar lo suficientemente maduras como para replicar el sabor y la textura de la carne natural
Sin embargo, estudios recientes evalúan el impacto medioambiental de la carne sintética, y demuestran que su producción tiene un impacto medioambiental igual o incluso mayor que la producción ganadera. Estos estudios sitúan a este tipo de carne como más contaminante que la producción de pollo y la carne de cerdo.
Dos pasos han sido clave para transformar las células madre de músculo bovino regulares en las células madre de músculo bovino inmortalizadas.
La mayoría de las células, a medida que se dividen y envejecen, comienzan a perder ADN en los extremos de sus cromosomas, que se denominan telómeros, como cuerdas gastadas que se deshilachan con el uso. Esto puede dar lugar a errores cuando se copia o repara el ADN. También puede provocar la pérdida de genes y, finalmente, la muerte de células.
Esto permitió mantener los cromosomas para la replicación y división celular. En segundo lugar, se estimuló la producción continua de una proteína que acelera la división celular, lo que contribuye a un crecimiento más rápido de las células.
Las nuevas células aún no son idénticas a las células musculares animales. Aunque, el líder del proyecto, Andrew Stout, sugiere que podrían estar lo suficientemente maduras como para replicar el sabor y la textura de la carne natural de una granja.
Los productos que se han permitido de este tipo de carne son hamburguesas, salchichas o mortadelas
Uno de los puntos que crean cierta duda se basa en la incertidumbre del aporte de nutrientes, que actualmente se efectúa a base de suero.
Para obtener este producto, a pesar de diversas informaciones, sí es necesario sacrificar animales pero los investigadores aseguran que en una cantidad inferior que en las explotaciones ganaderas tradicionales, dentro de producir las mismas cantidades de carne.
Actualmente se ha conseguido un símil de carne con una textura similar, no igual a la carne natural. Por este motivo los productos que se comercializan en los países en los que está permitido este tipo de sucedáneo alimentario son hamburguesas, salchichas, mortadelas y similares.