Las llamas, que pertenecen a la familia de los camellos, adopta un comportamiento muy singular cuando es molestada o acosada. En situaciones de peligro, este animal oriundo del continente sudamericano puede tenderse en el suelo, silbar, morder e incluso escupir con una precisión exquisita al instigador. El hecho de lanzar un proyectil de saliva constituye un mecanismo de defensa cuya finalidad no es la de agredir al enemigo, sino un intento de disuasión.