Mercurio, el más pequeño e interior de los planetas del sistema solar, es el más cercano, de media, a todos los demás planetas. Es decir, aunque en ocasiones concretas Júpiter pueda ser el planeta más cercano a Saturno, como ocurrirá cuando Saturno se encuentre en oposición con respecto a Júpiter, cada varios años, el gigante anillado pasará más tiempo alejado del gigante gaseoso que cerca de éste. Esto se debe simplemente al hecho de que la órbita de Mercurio es la más pequeña de todas las órbitas entre los planetas del sistema solar.
Por tanto la diferencia entre su distancia mínima a Neptuno y su distancia máxima, apenas supone un pequeño porcentaje de diferencia. Este es también el motivo por el cuál tardamos mucho más en visitar Mercurio que otros planetas del sistema solar más distantes a la Tierra.