Cuando el terror adolescente estaba de moda: así eran los míticos libros de Pesadillas

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Los libros que leías cuando eras pequeño, como Pesadillas, seguro que tienen un lugar muy especial en tu corazón. Y eso es algo normal teniendo en cuenta que en aquellos tiempos no existían ni las redes sociales llenas de entretenimiento de consumo rápido ni millones de vídeos de YouTube con los que pasar las horas muertas.

Unos libros que, al tratarse de una de las formas de ocio más importantes en aquella época, estaban muy cuidados y además existía una gran variedad de opciones entre las que elegir. Más allá de la colección que te acabamos de comentar, Pesadillas, era posible echar mano de otros libros muy conocidos como las aventuras de ¿Dónde está Wally?, los libros del Barco de Vapor, Elige tu Propia Aventura y sus diversos finales distintos…

Pero regresando a la obra Pesadillas, ¿qué es lo que la convertía en algo tan especial? Te damos algunos de los detalles que definieron a la obra creada por el norteamericano R.L. Stine.

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Unos finales de Pesadillas

Otro de los rasgos más reconocibles de los libros de Pesadillas eran sus finales, los cuales eran a cada cual más sórdido y, para nada, felices.

Tratando de huir de los clásicos buen-rollismo tradicionales de la época recreados en los cuentos más clásicos, en Pesadillas se trató de romper con esta tendencia de la forma más bestia posible. Por eso mismo, los finales de los libros siempre eran muy depresivos.