La industria del videojuego ha reconocido que en los últimos cuatro años el Ministerio de Cultura ha apoyado «más que nunca» al sector pero ha señalado que países como Alemania, Francia o Reino Unido están «mucho más avanzados que España», y a pesar del interés del Ministerio por entender el sector, «sigue habiendo una brecha generacional«.
«Venimos de cuatro años caóticos en los que ha habido tres ministros diferentes. En cada cambio tienes que comenzar a explicarles el poder y potencial de la industria. Es una carrera de fondo. Es cierto que estamos mejor, pero no hay manera de que vean que los videojuegos son algo valioso», ha lamentado la presidenta de la Asociación Española de Desarrolladores de Videojuegos (DEV), Valeria Castro.
Castro ha participado en la mesa debate ‘¿Son los videojuegos arte?, que se ha celebrado este jueves en el Museo Thyssen, y en el que también han participado el director cultural de OXO Museo del Videojuego, Santiago Bustamante; la ilustradora y escritora Ana Oncina; el periodista y escritor Juan Gómez-Jurado; y el director del Área de Educación del Museo Thyssen, Rufino Ferreras.
Los cinco participantes han coincidido en que el videojuego se debería considerar arte porque es un «medio de expresión» pero el principal problema para Gómez-Jurado, es que las administraciones necesitan cargos que sepan la materia.
«Necesitamos en las instituciones gente que sepa. Hasta que no tengamos un ministro de Cultura que haya jugado no se podrán dar las legislaciones que sirvan para el crecimiento de la sociedad. Vamos con muchos años de retraso con las industrias más punteras y eso afecta a la legislación de los derechos de autor, entre otras cosas. Necesitamos gente y no muñecos», ha reivindicado el escritor de ‘Reina Roja’.
Asimismo, Valeria Castro ha apuntado que la sociedad avanza «más rápido» a nivel tecnológico que a nivel democrático y ha criticado que se siga relacionando los videojuegos con problemas de violencia o adicción. Al respecto, Bustamante y Gómez-Jurado han instado a eliminar los estigmas en torno a la idea de que los videojuegos fomentan la violencia, pese a que sí que hay juegos que «representan violencia».
«Nadie le pregunta a los novelistas por qué en sus obras hay personajes que matan a otros. Nadie se plantea prohibir los libros por historias de violencia. Los niños tienen que jugar y no hay que caer en esas trampas del viejunismo«, ha afirmado el escritor.
Por último, Rufino Ferreras ha reconocido que los museos están apostando por las experiencias inmersivas por «moda», pero critica que sea «sin ningún orden ni concepto». «La cultura se ha modernizado con los interactivos y es una vergüenza. Ahora todo es interactivo, web y redes sociales, pero sin saber», ha sentenciado.