El sentimiento religioso ha sido objeto de fascinación y controversia durante siglos, puesto que ha dado lugar a la creación de innumerables creencias y prácticas en todo el mundo. ¿Pero por qué existe este sentimiento? El desarrollo de la neurociencia y, con ella, de las funciones cerebrales ha permitido investigar las bases neurofisiológicas de la religión. Gracias a esto, se sabe que la experiencia mística, tiene que ver con el sistema nervioso autónomo, responsable de regular la respiración, la presión arterial, la temperatura corporal o la frecuencia cardíaca y a su vez está relacionado con el sistema límbico del cerebro, responsable de las emociones y los afectos.