Las chuches son una de esas cosas que, a pesar de ir creciendo, te siguen gustando siempre. ¿Pero qué consideramos como chuche? Pues… eso depende de a la persona a la que preguntes. Está claro que las tortitas (aunque sean light como las que prepara Karlos Arguiñano), por ejemplo, o los snacks de estilo sano quedan fuera de esta ecuación, pero otras como las barritas de cereales o de proteínas, los frutos secos a la barbacoa o las chocolatinas son más difíciles de catalogar.
Teniendo en cuenta que las gominolas y variantes son chuches y que existen mil y un tipos diferentes, en este reportaje sólo vamos a centrarnos en aquellas que nos son de un estilo similar, mirando más hacia el lado de la bollería industrial o los postres dulces. ¡Comenzamos con este viaje al pasado!
1Las chuches más ricas
Empezamos fuerte con un de esos bollitos tan pequeños como deliciosos que muchos desayunábamos o merendábamos sin darle demasiadas vueltas a las cosas (azúcar, grasas saturadas, etc.) porque eran unas chuches irresistibles: los Tunos.
Hablamos de los tunos, por supuesto, unos bollos que desaparecieron sin dejar rastro pero que, en su día, eran tan conocidos como los Bollycao, las palmeras de chocolate o los cuernos rellenos. Unos pastelitos que estaban envasados de dos en dos para compartirlos… aunque esa situación jamás se daba.