Una de las obras cumbre del cine español está de celebraciones. Y es que este mes de abril se cumplen setenta años del estreno de Bienvenido Mister Marshall, una de las películas más carismáticas del cine español y de la cinematografía de su director, el añorado Luis García Berlanga.
Un film al que le costó nacer y que los primeros esbozos del guion fueron compartidos por el propio Luis García Berlanga y otro mito del cine español, Juan Antonio Bardem. Ambos cobraron 50.000 pesetas de la época por realizar dos guiones. Uno de ellos, una comedia sobre un pueblo castellano en el que se inaugura una fábrica de Coca Cola fue el que más convenció a guionistas y productores. Con el paso de los días y los retoques la trama tomó la forma que todos conocemos y el resto es historia.
Entremedias, la tardanza en el inició del rodaje hizo que Bardem abandonara el mismo y vendiera su parte del guion por 25.000 pesetas, un dinero que el propio cineasta explicó que necesitaba para otros proyectos. Ese retraso en el rodaje de la película fue consecuencia de la tardanza en la incorporación de Lolita Sevilla, una cantante de coplas emergente de la época, y que los productores impusieron a Berlanga. Este aceptó a regañadientes y la tonadillera acabó convertida en la protagonista del film, su nombre aparece antes que el de actores consagrados cómo Pepe Isbert y Manolo Morán.
RODAJE EN GUADALIX DE LA SIERRA
El rodaje de la obra tuvo lugar en el pueblo de Guadalix de la Sierra, un pueblo situado a 50 kilómetros de Madrid. Guadalix por la magia del cine se convirtió en Villar del Rio, lugar de nombre ficticio donde se desarrollaba la acción. Villar del Rio representaba al típico pueblo castellano de los cincuenta que a requerimiento del alcalde y sus colaboradores debe convertirse en el típico pueblo andaluz, donde tirando de tópicos hispanos, los americanos que venían de visita pudieran ver cantantes de coplas, toreros y bandoleros.
Para dar vida a este universo 420 habitantes de todas las edades de Guadalix trabajaron cómo extras cobrando entre 15 y 35 pesetas la jornada. Un sueldo bastante bueno para la época que provocó escasez de jornaleros para trabajar el campo de la zona y tener los terratenientes que importar mano de obra de otros sitios cercanos.
El rodaje fue bastante accidentado cómo han recordado muchos de los actores de reparto que participaron en el mismo. Especial mención el enfrentamiento que tuvieron Berlanga y y su jefe de producción. En una de las ocasiones ambos llegaron incluso a las manos. A esto hay que añadir el nulo interés que tenía Berlanga por las escenas folclóricas de Lolita Sevilla, que declaró una vez en Televisión española «Luís me dijo que hiciera lo que quisiera en mis números musicales que ellos directamente grababan, y la verdad quedó muy bien».
Por otro lado, la censura fue bastante benevolente y solo eliminó una escena del rodaje. En ese corte se ve que durante un sueño la profesora del pueblo es abordada por un equipo de fútbol americano. Los censores vieron ello una fuerte carga erótica y obligaron al director a eliminar la escena del metraje.
También regañaron a Berlanga por la famosa escena de Pepe Isbert en el balcón del ayuntamiento, los censores pensaron que se reían de Franco en dicho momento, pero en realidad Berlanga le dijo a Isbert que se fijará en Mussolini para hacer la escena. Al final no hubo tijeretazo y como resultado nació uno de los momento míticos de la filmografía española.
POLÉMICA EN EL FESTIVAL DE CANNES
La película fue seleccionada para participar en el prestigioso festival francés de Cannes de 1953 y el lío que monto fue gordo. Para empezar uno de los pesos pesados del cine norteamericano, el conocido actor, Eduard G. Robinson, que participaba como miembro del jurado y en el comité organizador del festival, se opuso frontalmente a la proyección y participación del film en la prestigiosa muestra.
A su vez, el embajador estadounidense en Madrid presentó una queja ante Franco tras ver el cartel de la película en la madrileña Gran Vía, el diplomático lo interpretó como una burla hacía su país. Hubo que explicarle que simplemente era una película, aunque realmente llevaba esa crítica hacía la España de Franco y Estados Unidos, ambos durante un tiempo vendieron las bondades del plan de reconstrucción europea tras la Segunda Guerra Mundial, el conocido como Plan Marshall.
España quedó fuera de dicho plan a petición de los aliados americanos que no veían con buen ojo apoyar a una dictadura que simpatizó con Hitler. En base a este relato Berlanga construye una comedia ácida que critica la situación de España bajo el régimen de Franco y el abandono estadounidense a pesar de las promesas de ayuda al país que hicieron a principio de la década de los cincuenta.
Para finalizar la polémica, hay que contar que el día del estreno de la película en Cannes los protagonistas de la misma y miembros del equipo de rodaje acabaron en comisaría por repartir en las playas de Cannes dólares con la cara de Lolita Sevilla y Pepe Isbert, fueron acusados de falsedad de moneda bajo las presiones de la diplomacia norteamericana.
Bienvenido Míster Marshall fue un éxito de taquilla que consiguió una mención especial del jurado en Cannes. La crítica la trató con cariño y ha envejecido de forma aceptable a pesar de las críticas que el propio Berlanga vertió sobre la segunda parte del film, «los primeros 30 minutos son baste buenos, la segunda parte no me gusta nada, es bastante mala y estropea el ritmo de la película» declaró tras ver su obra 50 años después. Era la primera vez que la veía desde su estreno.