Levantarse temprano por las mañanas no suele ser un plato de buen gusto para nadie. Pero, aunque nos cueste aceptarlo cuando suena el despertador, la realidad es que madrugar tiene ventajas y beneficios. No garantiza que vayamos a tener un día maravilloso, pero por lo general nos predispone a afrontar la jornada de forma más positiva que si comenzamos nuestras tareas a media mañana. Madrugar se asocia a una mayor productividad y aún mayor bienestar mental, un menor estrés y una mejor organización de todas nuestras responsabilidades y obligaciones cotidianas.
2EVITAR LA OSCURIDAD TOTAL PARA MADRUGAR
Si tenemos que madrugar al día siguiente, no es conveniente dejar la habituación en oscuridad total. Eso podemos dejarlo para el fin de semana. Lo mejor es dejar las persianas entreabiertas o las cortinas un poco descorridas. La idea es que entre algo de luz natural para que nuestro cerebro pueda percibirla y reaccione a ella produciendo las hormonas necesarias para despertar como cortisol y dopamina.
