Suele decirse que todo tiene un principio y un final, también en Hollywood. La industria norteamericana de cine no siempre es benévola con los actores maduros (menos aún con las actrices, claro está), y decir adiós a una gran carrera con un título relevante es un sueño a la altura de muy pocos.
Precisamente así ha sucedido con el conocido Bruce Willis, cuya mermada salud ha obligado al intérprete a poner punto y final a una trayectoria de más de cuarenta años, marcada principalmente por los éxitos, pero también por algún que otro descalabro. Además, tal y como en ocasiones sucede con otros actores de su generación, los trabajos de Bruce Willis iban a la baja. Una situación que ahora, visto lo visto, parece que ya no habrá ocasión de revertir.
Assassin, un adiós sin gloria
Son muchos los actores, en especial aquellos que han estado ligados en cierta medida al género de la acción, que terminan en el mismo lugar. Es decir, en una sucesión de producciones de serie B en las que una vieja gloria es prácticamente el único reclamo. Ellos acaparan la mayor parte del presupuesto, cómo no, y en no pocas ocasiones incluso tienen un papel relativamente secundario o menor. Es algo similar a lo que sucede con otros actores como Jean Claude Van Damme, Steven Seagal, Mickey Rourke, Antonio Banderas o Liam Neeson. Estos dos últimos aún no se han dejado arrastrar del todo por este tipo de productos, pero ya hacen sus habituales pinitos en ellas. Algunos no dejan de interpretarlo como un cómodo camino a garantizarse la jubilación.
En el caso de Bruce Willis, hace tiempo que su carrera iba cuesta abajo, y lo más habitual era verle en películas realizadas con poco dinero, pocas ganas, y que simplemente sirven para que la estrella en decadencia de turno firme su cheque al terminar el rápido rodaje. Solo que en su caso, además, ha llegado la hora del adiós definitivo. Acaba de ver la luz, precisamente, la que será su última obra: Assassin.
Un nombre genérico para una cinta que, al margen de la retirada de Willis, estaba destinada a pasar sin apenas pena ni gloria. En ella se presenta un futuro más o menos cercano en el que un microchip permite que una persona ocupe el cuerpo de otra. O lo que es lo mismo, el típico thriller que mezcla acción y ciencia ficción en el que el protagonista de Jungla de Cristal se ha venido encontrando cómodo durante los últimos años.
La cinta se estrenó hace unas cuantas semanas en Estados Unidos, donde no ha logrado cosechar lo que se dice buenas opiniones. En España, por lo pronto, no hay fecha para que vea la luz (lo cual ya da pistas del poco interés que existe por ella), pero lo más probable es que llegue directamente a alguna plataforma como Netflix o Amazon Prime Video.
El final de un mito de la acción
Aunque Bruce Willis es ya todo un veterano que ha cumplido los 68 años de edad, lo cierto es que todavía podría haber tenido recorrido por delante. Sin ir más lejos, otras estrellas mayores que él, como Sylvester Stallone (76), Arnold Schwarzenegger (75) o Harrison Ford (80), siguen todavía al pie del cañón.
En el caso de Willis, en cambio, su salud le ha obligado a bajar el telón antes de lo que, probablemente, a él le hubiese gustado. De hecho, Assassin es la última de la serie de películas que el actor grabó antes de que su estado de salud le impidiese seguir participando en proyectos. Problemas de demencia que incluso impiden al hombre incluso comunicarse con normalidad y entender a otras personas.
Así las cosas, lo que está claro es que el legado de Bruce Willis perdurará para todos los amantes del cine. A lo largo de los años ha participado en grandes éxitos de taquilla, como la ochentera Jungla de Cristal (y sus secuelas), El Sexto Sentido, Sin City o Pulp Fiction. Sin olvidar tampoco obras de culto como El Quinto Elemento o 12 Monos. De hecho, y a diferencia de otros “tipos duros” de Hollywood, Willis destacó por participar en distintos géneros y trabajar con directores tan reconocidos como Quentin Tarantino o M. Night Shyamalan.