Durante muchos años, el autor Fernando Sánchez Dragó habló habitualmente lo que él llamaba su “elixir de la eterna juventud”: una serie de fórmulas con las que mantenerse joven, tanto física como mentalmente. Pero el conocido escritor nunca aspiró a la inmortalidad, sobre todo porque, tal y como él aseguró en más de una ocasión “siempre se muere joven”.
Hoy, Fernando Sánchez Dragó ha fallecido joven a la edad de 86 años.
Durante toda su vida, Dragó compaginó su gran pasión, la literatura (siempre presumió, entre otras cosas, de ser un lector voraz hasta lo imposible), con muchas otras ocupaciones. Durante años fue profesor, lo cual le llevó a dar clases a rincones tan dispares del mundo como Japón, Senegal, Marruecos y Kenia. Porque también hay que recordar que esa era precisamente otra de las grandes aficiones del autor, conocer mundo. Aunque habitualmente hablaba pestes de lo que comúnmente se conoce como “turismo”, su propia literatura ha tenido precisamente mucho de crónicas viajeras. A lo que cual había igualmente que sumarle un estilo recargado, a medio camino entre la erudición y el exceso. Es decir, un poco como él era en persona y ante los medios de comunicación, cuyos focos parecía adorar a pesar de asegurar lo contrario siempre que tenía ocasión.
Pero si algo dio fama a Dragó a partir de los años 80, fueron sus habituales programas de televisión, habitualmente sobre libros y cultura, como Negro sobre blanco o El faro de Alejandría, así como sus numerosas colaboraciones en tertulias de toda índole.
Fernando Sánchez Dragón, una vida dedicada a los libros
Desde sus primeras obras, Sánchez Dragó mostró un estilo literario peculiar y provocador, con una marcada inclinación hacia la transgresión y la crítica a las normas sociales establecidas. Sus escritos a menudo han abordado temas controvertidos, desafiando tabúes y generando opiniones divididas en la sociedad española.
Uno de sus libros más conocidos es «Gárgoris y Habidis», publicado en 1978. Esta obra es considerada una novela histórica y filosófica de culto en la literatura española. A través de la historia de dos personajes ficticios en la España prerromana, Sánchez Dragó aborda temas como la libertad, la espiritualidad y la búsqueda de la verdad.
Estos intereses también quedaron de manifiesto en otros celebrados trabajos suyos como «El camino del corazón» (que el propio Dragón siempre consideró su mejor obra) o «La prueba del Laberinto«, que le permitió ganar el reputado Premio Planeta. A pesar de ello, el escritor nunca tuvo un buen recuerdo de esta última novela, que giraba en torno a la búsqueda de Jesús, en su sentido más amplio.
Otros libros notables de Fernando Sánchez Dragó incluyen la temprana historia “Eldorado”, “Cartas de Jesús al papa” o «Esos días azules», un libro de memorias en el que Sánchez Dragó recuerda su infancia y juventud.
Sin embargo, la obra literaria de Sánchez Dragó no ha estado exenta de polémica, más bien al contrario. Sus escritos a menudo han generado controversia debido a sus puntos de vista provocadores, políticamente incorrectos y transgresores. Sus opiniones sobre la religión, la política, la sociedad y otros temas han sido siempre objeto de críticas y debates, tanto en España como en otros países, generando una habitual división en torno a su figura.
Pero a pesar de todo ello, no se puede negar la influencia y la originalidad de la obra literaria de Fernando Sánchez Dragó. Sus libros han sido apreciados por su estilo literario único, su capacidad para abordar temas profundos y su valentía para desafiar las convenciones establecidas. Sus escritos continúan siendo objeto de estudio y debate en el ámbito literario y cultural.
Fernando Sánchez Dragó ha sido uno de esos escritores que ha dejado una huella duradera en la literatura contemporánea en español. Si en el futuro será considerado como uno de los grandes o no, resulta difícil saberlo, y será más que nadie el tiempo quien se encargue de ponerlo (o no) en el lugar que le corresponda.
Fernando, contigo llegó la polémica
Aunque siempre ha sido un personaje polémico (y que daba la impresión de disfrutar con eso de estar en el ojo del huracán), la realidad es que los últimos años de Fernando Sánchez Dragó resultaron especialmente complicados en este sentido. Muchos recuerdan sus comentarios sobre la pedofilia, cuando en uno de sus libros contó una supuesta relación con una menor en Japón durante los años 70, lo que provocó una gran indignación y críticas por parte del público y de diferentes sectores.
Además, muchas de sus últimas reflexiones acerca de temas como la mujer, la feminidad o el feminismo han sido muy mal vistas por muchos sectores de la sociedad, despertando el rechazo por parte de movimientos feministas y defensores de la igualdad de género.
Son solo dos ejemplos, puesto que Dragó nunca tuvo pelos en la lengua, amante como aparentemente fue de crear revuelo allá por donde pasaba. En los últimos años, incluso utilizando medios como Twitter para compartir sus opiniones. De hecho, solamente unas horas antes de morir estuvo publicando en dicha red social.
Un infarto ha terminado con su vida mientras se encontraba en Castilfrío de la Sierra (Soria), pueblo en el que residía cuando no se hallaba en Madrid. Una noticia inesperada y que, como no podía ser de otra forma, ha despertado todo tipo de comentarios, especialmente en Internet. Seguro que Dragó estaría feliz de que así fuese. Como se suele decir, genio y figura.