En muchos sentidos, sería justo decir que Mario es todo un revolucionario. No solo se trata del personaje más conocido de la compañía japonesa Nintendo, sino también de uno de los mayores iconos de la industria de los videojuegos. Tal vez otras leyendas, antiguas y modernas, como Pac-Man o Lara Croft puedan estar a su altura, pero si hubiese que elegir un héroe universal vinculado al ocio electrónico, probablemente se tuviese que ser Mario.
En lo que se refiere estrictamente a los juegos, no puede existir ninguna duda de su gran relevancia. Super Mario Bros marcó un antes y un después en el mundo de los videojuegos, sentando las bases de un género tan popular como el de las plataformas, y allanando el camino para todos los que llegarían después, incluyendo al popular Sonic. Mario no solo sentó cátedra en las dos dimensiones tradicionales propias de los tiempos de ocho bits, sino qua años después, ya bien entrados los años noventa, haría lo propio revolucionando los títulos tres dimensiones.
Pero pese a su éxito absoluto dentro de su sector, había algo que al célebre fontanero se le venía resistiendo: las adaptaciones cinematográficas. No es al único, claro está. Es bien sabido por todos que las películas basadas en videojuego han sido tradicionalmente poco atractivas (con algunas excepciones), y Mario también lo tuvo que sufrir, con matices, como veremos más adelante. Ahora en cambio, y después de la buena acogida de su antiguo rival, Sonic, Nintendo parece haber puesto toda la carne en el asador con una cinta de animación que incluso antes de estrenarse oficialmente ya está despertando todo tipo de halagos. Llega a los cines el 5 de abril.
Super Mario Bros en el cine
Para todos aquellos aficionados a los videojuegos nacidos en los años ochenta y noventa, la franquicia Super Mario Bros siempre estará vinculada a una extraña producción que vio la luz allá por 1993, y que fue bautizada como el propio juego. Una cinta de imagen real con un reparto bastante llamativo. El conocido actor Bob Hoskins, que venía de triunfar no hacía mucho con ¿Quién engañó a Robert Rabbit?, Sirenas o Hook, fue el intérprete elegido para dar vida al bigotudo personaje. Completaban el proyecto gente como John Leguizamo y Samantha Mathis, pero sobre todo toda una leyenda de Hollywood: Dennis Hopper.
La película, pese a conseguir una considerable popularidad, fue defenestrada por la crítica en su momento, y solo los más pequeños de la casa aceptaron darle una oportunidad. Hoy en día, en cambio, existen opiniones encontradas. Muchos se refieren a ella como la peor adaptación de un videojuego jamás creada, pero otros quieren descubrir en la particular aventura una obra de culto. Particular, porque lo cierto es que su argumento era arriesgado, eso no lo duda nadie. En él un par de fontaneros neoyorquinos, Mario y Luigi, se veían transportados a un extraño mundo de estética cyberpunk, con dinosaurios, monstruos humanoides y una oscura atmósfera más cercana a Blade Runner que los coloridos videojuegos.
La cinta tenía muchos guiños, sí, sobre todo en materia de personajes, pero era demasiado extraña para los niños y demasiado infantil para los adultos. En cualquier caso, como decíamos, lo que en su momento fue considerado un desastre mayúsculo, hoy en día incluso es bien valorado por algunos, seguramente con el filtro de la nostalgia de por medio. Lo mismo ha venido sucediendo con casos similares como Masters de Universo o incluso Street Fighter: the Movie, aquella locura con el belga Van Damme a la cabeza.
Ahora, en cambio, el viejo Mario tiene la oportunidad al fin de desquitarse, y todo apunta a que su nueva aventura animada estará al nivel de lo que sus fans esperan de él, cargada de sentido del humor e incluso con la aparición estelar de otras leyendas de Nintendo como Donkey Kong. Después de ser el rey absoluto en el mundo de los videojuegos, ahora Mario quiere triunfar también en el cine. Argumentos no le faltan, eso seguro.