Mucho se ha debatido sobre los beneficios del agua fría para nuestro cuerpo, pero no todos están probados por la ciencia. La mejora de la circulación y de nuestras defensas son algunas de las ventajas de esta práctica, además de algunos efectos positivos para nuestra piel.
Los especialistas del Equipo de Dermatología del Instituto de Dermatología Integral añaden que ducharse con agua fría tiene un efecto antiinflamatorio y disminuye la velocidad de conducción nerviosa, aliviando así posibles dolores musculares.
En el caso del agua fría como aliada del sistema inmune, acontecen varias hipótesis de las cuales con una muestra de más de 3000 personas, se comprobó que aquellos participantes que se dieron una ducha diaria de agua fría durante al menos 30 segundos redujeron las bajas laborales por enfermedad un 29%.