Los materiales se dividen en dos grandes grupos, los naturales también conocidos como materias primas y los sintéticos. Una de las maneras para clasificarlos es en función de su dureza.
En los primeros lugares nos encontramos al diamante y la seda de araña, seguido del carbono, el osmio y los aceros martensíticos respectivamente. Cada uno de ellos guarda sus propias características, pero lo que sí tienen en común es que para evaluar que un material sea más duro que otro, se analizan cuatro cualidades como por ejemplo, el límite de elasticidad, resistencia al impacto, a la tracción y a la compresión.