Casos como el de la John Wick original no ocurren demasiado. La cinta que en 2014 aterrizó en los cines como una bala disparada sin previo aviso, es que lo que Keanu Reeves y el director Chad Stahelski, otrora el encargado de las coreografías de artes marciales la primera trilogía de Matrix, fue un cambio radical al cine de acción, dejando de lado el CGI del cine de Superhéroes y la cámara temblorosa del cine de Bourne y volviendo a largos ballets de balas y golpes donde el protagonista se cargaba a medio planeta para vengar a su perro.
Es una serie que desde entonces ha tenido que lidiar con el complicado balance de escalar la violencia y la locura de sus momentos de acción sin saltar al ridículo. Es un balance delicado que han podido mantener al entregarse de lleno a sus raíces Pulp y aceptar que no es tanto no saber que algo es ridículo, como un tiroteo sobre caballos o un duelo de espadas en motocicletas, sino que no te importe.
El resultado en esta entrega es una nueva cumbre del cine de acción de Hollywood. Tomando prestados a Hiroyuki Sanada y Donnie Yen del cine de artes marciales asiático para intentar darle rivales y aliados a su mismo nivel al personaje de Reeves, la cinta es un festival de balazos, artes marciales y persecuciones que empieza con una de las mejores secuencias del cine de acción en Osaka y concluyendo con otra igual de explosiva en París, que incluye su pequeño tributo a un clásico de culto como ‘The Warriors’ (1979).
Las otras novedades del elenco son Shamier Anderson, interpretando a ‘Nadie’, un caza recompensa tras la cada vez más costosa cabeza del protagonista y que asume la responsabilidad de ser el dueño de un perro en una cinta de John Wick y mostrando otro tipo de asesino en este universo, la cantautora británica Rina Sawayama como Akira demostrando una capacidad natural para el cine de acción y Bill Skarsgård como el Marqués de Gramont, el villano de la pieza.
Skarsgård es probablemente lo más llamativo de las novedades del elenco, si bien no participa demasiado en la acción su ego y sus recursos son suficientemente atemorizantes, y su mezcla de sadismo y ego sirven como curriculum si alguna vez quiere presentarse como villano de una cinta de James Bond, es una interpretación tan monstruosa como su Pennywise, que lo eleva quizás como el mejor de los enemigos de la saga.
EL CANSANCIO DE JOHN WICK
Si algo ha tenido como punto fuerte la saga hasta ahora es ir mostrando progresivamente el cansancio de su protagonista, pero aquí por primera vez se le da a Wick tiempo de descansar entre cintas. El resultado es una versión del personaje que trabaja más sobre la ira que sobre su desesperación, y que entra bastante más preparado a la mayoría de las escenas de acción.
Esto lo reflejan los dos personajes que regresan junto a él, Laurence Fishborne con su rey de los mendigos y el Winston Scott de Ian McShane se suman por una cada vez más difícil búsqueda de venganza. Es verdad que ya pueden interpretar estos personajes sin demasiado esfuerzo, pero no por eso es menos buena noticia.
Lo cierto es que aun en la cuarta entrega la cinta mantiene un nivel de creatividad que la mayoría de las franquicias quisieran en su primera entrega. Si bien Reeves no llega a los niveles de valentía, o locura, a los que llega su contemporáneo Tom Cruise sí que se nota el entrenamiento que siempre ha hecho para darle vida al personaje. Su manejo tanto de las armas como de las artes marciales permite que se mantenga en cámara por tomas cada vez largas e impresionantes, lo que libera no solo la dirección de las escenas de acción sino la de fotografia.
UNA DESPEDIDA NECESARIA
Si bien hay un Spin Off en los planes, ‘Ballerina’ con Ana de Armas, y en algún momento se habló de una quinta entrega tanto Reeves como Stahelski han dejado claro el deseo de alejarse del personaje. Lo cierto es que en la cinta se dan indicios de nuevas piezas del mundo que podrían seguirse, pero también parece una historia destinada a darle a su anti-héroe lo que ha buscado desde la primera entrega: algo de paz.
Pero mientras tanto es innegable que la cuarta entrega hace que el espectador quiera ver qué clase de escena de acción puede seguirse exprimiendo de este universo. Al igual que las cintas de ‘Misión: Imposible’ John Wick sirve para ocupar un espacio bastante especial en el cine de acción. De momento esta cinta parece un buen punto para despedirse del personaje, pero en la época actual no parece muy probable que sea nuestra última visita al Continental.