El bizcocho es uno de los dulces más básicos de la repostería que se prepara con tres ingredientes principales que son harina, azúcar y huevos. La elaboración es muy sencilla, aunque podemos ir aumentando el nivel de complejidad y sofisticación a medida que dominamos la receta base. Pero es cierto que, a pesar de su sencillez, no siempre queda como quisiéramos: no sube y se queda crudo por dentro, se rompe por la superficie, se quema o no queda lo suficientemente esponjoso.
3UTENSILIOS
Los utensilios que usamos para hacer el bizcocho también tienen importancia. Para batir los huevos con el azúcar, se recomienda usar las clásicas varillas, sean manuales o eléctricas. El propósito es incorporar aire a la mezcla para que tenga más volumen y después el bizcocho quede más esponjoso. El error aquí es utilizar la batidora de cuchillas, que deshacen muy bien los ingredientes, pero no consiguen ese efecto esponjoso. Por otra parte, también hay que saber parar a tiempo, es decir, cuando el aire ha entrado en la mezcla. Después hay que usar una espátula para incorporar los ingredientes secos y mezclar con cuidado para que no se pierda el volumen.