El término ‘faster’, que significa más rápido, se está volviendo más popular, pero ¿qué significa? Se refiere a las personas que ven programas de televisión y películas dos veces más rápido de lo normal, escuchan podcasts o incluso escuchan mensajes de WhatsApp a mayor velocidad. Las personas de mediana edad también sucumben a esta moda; no es sólo algo que hacen los jóvenes. ¿Es incluso posible que nosotros mismos seamos una de las personas ‘faster’?
¿Qué quiere decir ser un ‘faster’?
‘Faster’ es una tendencia que, en el peor de los casos, podría conducir incluso a un síndrome de abstinencia, debido a lo suave que les parece a algunas personas la velocidad normal. Las personas piensan que el tiempo los consume y necesitan ver películas o escuchar audios de WhatsApp lo más rápido posible, para ser lo más eficientes que sea posible. Representan un mundo moderno en su forma acelerada. La moda ‘faster’ se ve favorecida por el ahorro de tiempo y una necesidad obsesiva de obtener estímulos.
El período de anhelo
Esto todavía se aplica a la práctica análoga de saltarse una página de un libro o una escena de una película, cuando la trama se vuelve tediosa, esos fueron los inicios de ser ‘faster’. Ahora que tenemos acceso a las herramientas digitales, finalmente decidimos escucharlo a doble velocidad.
Especialmente, luego de un resoplido de impaciencia, por la llegada de un WhatsApp de ese contacto acostumbrado a enviar audios de cuatro minutos en los que la nos da la turra o como dicen, la «turrécdota» (anécdota+turra). Es un truco, pero se hace entender. Pero afecta a tu cerebro acelerar la velocidad de los audios de WhatsApp.
Los especialistas discuten
El neurólogo Álvaro Sánchez Ferro, miembro del Comité de Nuevas Tecnologías e Innovación de la Sociedad Española de Neurología, admite que es un ‘faster’, pero la verdad es que todos somos un poco así. La justificación siempre es la misma: “No tengo tiempo para escuchar o ver una serie a velocidad normal, y así puedo ver muchas más», explicó.
Sin embargo, la práctica esporádica puede convertirse en un hábito, si está persuadida por el deseo de estimulación y el deseo de ahorrar tiempo. Debido a que la velocidad normal ya nos sabe poco, el peor de los escenarios sería el desarrollo de un síndrome de abstinencia.
Lo negativo de la velocidad normal
Por otro lado, mantener la velocidad constante hace que sea más fácil para el espectador o el oyente desconectarse de lo que está viendo o escuchando. Sintetizar condensa el entretenimiento y puede ayudar al crecimiento de las habilidades cognitivas del cerebro, mientras requiere más atención.
Ferro asegura que las marcas han sabido aprovechar brillantemente este concepto, para poder consumir y comprar más contenidos. Están los ‘convertidos’ y los que consideran esta práctica una aberración y se preguntan: “¿Nos hemos vuelto locos o es el camino inevitable de la era digital?” debido al hecho de que son expertos en predecir nuestras necesidades y tendencias.
El acceso tecnológico
Numerosas plataformas, incluidos dispositivos Apple, Netflix, Ivoox y YouTube, ofrecen la opción de acelerar. El término «resumen inteligente» se usa en aplicaciones que acortan las pausas o eliminan los silencios para que la escucha sea más atractiva. Además, hay programas que pueden leer notas a la mayor velocidad posible, lo que permite a los estudiantes revisar el material con mayor rapidez. Es la época del antojo o era de la distracción.
Continuamente en sesión
El prodigio ‘faster’ podría ser una señal de lo que vendrá. Consumido por el tiempo y la gratificación instantánea, el nuevo eslogan de una persona es «Me aburro«, y la intolerancia al aburrimiento genera la necesidad de verlo y escucharlo todo. Consumir rápidamente los contenidos, por el deseo de completar una serie que ha comenzado, aunque no sea muy buena, o por un sentido de urgencia debido a FOMO (Fear of Missing Out).
Esto quiere decir miedo a perderse algo importante es lo que se ha hecho común. En el país de las cosas más extrañas, Japón, las «películas rápidas», que, en realidad, son resúmenes de las películas se han destacado y se han convertido en un fenómeno viral y en una industria lucrativa con millones de visitas.
Es una cuestión de costumbre
El psicólogo Ángel Rull admite que es un ‘faster’ y explica que, como la mayoría de los millennials, se ha acostumbrado a la gratificación instantánea y la reproducción de audio de 1,5x de velocidad. Es un componente de nuestra nueva forma de vida a nivel social y evolutivo. El objetivo es lograr la máxima eficacia.
Quien no tenga acceso a esa opción, como apunta Rull, experimentará emociones negativas o simplemente se le desconectará la cabeza. El tema surge cuando uno es «faster» a tiempo completo, dado que estamos constantemente sobre estimulados e inundados de información, cuando eso se detiene, el cerebro se siente incómodo y anhela más: más cosas para observar y experimentar.
El cerebro humano puede procesar información dos veces más rápido, incluso tres veces más rápido
La directora de Ineco Organizaciones y neuropsicóloga, Mara Roca, añade que, las personas también tienen una propensión a tomar decisiones precipitadas, basadas en información defectuosa y análisis superficiales de los datos que les rodean. Debido a que el cerebro tiene recursos finitos y requiere una cierta cantidad de tiempo para procesar adecuadamente la información, se pierde en la reflexión y el significado.
Preparación para velocistas
La comprensión de una conferencia no se deteriora a una tasa de 1,33x de velocidad, según una investigación del profesor Raymond Pastore de la Universidad de Carolina del Norte. Sin embargo, se retiene menos al doble de velocidad. Sin embargo, el neurólogo Ferro afirma que el cerebro humano es capaz de procesar información al doble o incluso al triple de velocidad.
Considera las diferencias entre los sentidos de la vista y el oído como un ejemplo de cómo este es el entrenamiento del cerebro de un velocista. Ya se ha observado que el cerebro procesa imágenes en un cuarto de segundo pero solo reconoce sonidos en 0,05 segundos.
¿Qué es lo positivo de ser ‘faster’?
En el lado positivo, algunos neurólogos piensan que ser ‘faster’, no necesariamente es malo, porque puede aumentar la productividad. El inconveniente es que nos sometemos a un estilo de vida muy agitado, que eleva los niveles de estrés y puede aumentar los riesgos cardiovasculares.
Además, María Roca deja claro que ser ‘faster’, acorta el tiempo que se presenta un estímulo con información, y también afecta la profundidad con la que se procesa y se aprende ese estímulo. En otras palabras, solo beneficiaría la memoria a corto plazo, pero tendría un impacto negativo en la memoria a largo plazo.
Aquí es donde surge la discusión sobre si el uso de dispositivos tecnológicos tiene un impacto en la memoria. “las nuevas tecnologías pueden pensarse incluso, de alguna manera, como ‘prótesis cerebrales’ donde guardamos información fuera de nuestro cerebro a la cual podemos acceder rápidamente, dice Roca.
Un psiquiatra opina
Naturalmente, el psiquiatra Gary Small llegó a la conclusión de que creemos que usar Internet fortalece algunos circuitos neuronales: «Hacemos más con el cerebro, gastando menos energía, de modo que internet puede ser una fuente de ejercicios para la mente”, siempre y cuando se haga moderadamente. Mientras Ferro pina que “sí están ocurriendo estas tendencias, es porque el ser humano quiere evolucionar en ese sentido. No podemos poner puertas al campo”.