Llevar adelante una empresa es muy complicado, ya que no solo hay que tener en cuenta el producto o servicio que se vende, sino que hay que fijarse bien en los aspectos legales y los financieros. De ahí que los Abogados para empresas sean imprescindibles, pues pueden ayudar a las compañías en multitud de aspectos, tanto con proveedores como con clientes y con las leyes locales, autonómicas y nacionales.
Siempre hay que tener a alguien que mire por los intereses de la empresa
Las cuestiones legales son muy relevantes, de manera que siempre tiene que haber un abogado que defienda los intereses de la compañía en situaciones como la firma de contratos o la resolución de conflictos con empleados. No es raro tener impagos por parte de clientes, proveedores que no sirven la mercancía que se ha comprado, etc., de forma que los abogados saben siempre de qué manera actuar y qué opciones se tienen en el marco legal actual.
Ayudan a cumplir la ley
En despachos como LABE Abogados, están especializados en las empresas, de manera que les ayudan a respetar la ley, la cual puede llegar a ser demasiado farragosa y compleja. Esto ocurre mucho en España, en donde cada empresa tiene que cumplir con estas exigencias a varios niveles, de manera que a veces se saltan leyes sin saberlo, lo cual les puede provocar algún que otro perjuicio económico.
No hay que olvidarse de los auditores
Los profesionales de la Auditoría para grandes empresas, como los de Legalnet, o aquellos que desarrollan su labor en negocios más pequeños, hacen un trabajo fundamental y muchas veces este trabajo está coordinado con los abogados. Una empresa tiene como finalidad ganar dinero y obtener beneficios, algo que puede ser imposible si las cuentas no están claras por dejadez, mala praxis o incluso porque alguien desde dentro está cometiendo algún tipo de fraude.
Hay muchas situaciones en las que se necesita a un auditor
Existen muchos servicios que pueden ofrecer los auditores de cuentas, pese a que se suele asociar la imagen de estos profesionales con robos en la empresa, lo cual no tiene por qué ser así. Es cierto que se les puede llamar para hacer la revisión y verificación de hechos concretos, pero sus servicios van mucho más allá.
Por ejemplo, ayudan cuando cualquier organismo pide que se justifique una subvención (algo que es muy común) o a la hora de revisar las cuentas anuales, cuando los socios y los accionistas quieren ver cómo ha ido el año.
Además, y esto es muy importante, ofrecen asesoramiento contable. Con él, se puede pagar menos impuestos de manera totalmente legal, ver dónde hay que recortar gastos, qué partidas hay que incrementar a la hora de aumentar los beneficios, etc.
Las empresas son cada vez más complejas y sus dueños no pueden saber de todo. Por eso, conviene que deleguen los aspectos legales y los económicos en especialistas, como los abogados y los auditores de cuentas, gracias a los cuales los propietarios solo se tienen que centrar en crecer y ganar más dinero.