Los supervivientes todavía se están adaptando a la convivencia y a las adversidades de vivir en la playa hondureña y Adara Molinero ya es una de las favoritas. A unas horas de que descubran el giro de mecánica que la organización le tiene preparada a los concursantes para cambiar la formación de los equipos, Adara ha sufrido un fuerte ataque de pánico al conocer la dinámica de una prueba de recompensa.
Dicha prueba consistía en que los habitantes de “Playa Royale” si querían conseguir la recompensa deberían trasladarse a otra localización pero para ello dos integrantes del grupo debían de ponerse unas gafas de buceo por las que no se podía ver nada para que los otros dos les guiaran. La primera reacción de Adara fue decir rápidamente que ella prefería guiar, y así lo hicieron, sin saber lo que le esperaría después. Gema Aldón y Adara serían las guías y Manuel Cortés y Diego se pondrían las gafas. Al llegar a la localización indicada los concursantes encontraron nuevas indicaciones.
2El apoyo de sus compañeros
Manuel Cortés con el que Adara mantiene una buena relación le aseguraba que él iba a estar con ella en todo momento y que no la iba a dejar sola. La madrileña seguía insistiendo en que no podía mientras atravesaba un ataque de pánico a la vez que Manuel intentaba tranquilizarla a quien se le sumó Gema Aldón ofreciéndole su apoyo y sus consejos “Cuando te pongas las gafas, no vuelvas a abrir los ojos, ¿vale? Tranquila, no pasa nada. Es como si estuvieras durmiendo y flotando. Manuel te va a llevar y yo voy a estar a tu lado”.
Con el apoyo de sus compañeros y depositando toda su confianza en Manuel, Adara se armó de valor y puso todas sus fuerzas en ignorar su miedo para realizar la prueba y poder ganar la recompensa. El grupo logró conseguir el premio, un traje de neopreno.