Si hay algo que preocupa al español medio, junto con el empleo, son las pensiones. Ambas están íntimamente relacionadas, pero mientras la primera al menos depende de mayores certidumbres, dentro de un mercado español ineficiente, las segundas tienen la espada de Damocles de una insostenibilidad que parece matemática.
Ante este panorama, el Ministerio de Seguridad Social ha presentado a los agentes sociales su propuesta de la reforma del sistema de pensiones, acordada previamente con Unidas Podemos y la Comisión Europea. Estas medidas tienen como objetivo principal aumentar la recaudación del Estado para hacer frente al gasto que supone el sistema de pensiones y poder garantizar la subida de las prestación según la inflación. Así, entre las novedades se encuentra aumentar las bases de cotización máximas o subir el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), como ahora veremos.
LAS CLAVES DE LA REFORMA DE LAS PENSIONES
Una vez más, la prioridad el Gobierno es reforzar los ingresos, y para ello se han focalizado en las rentas altas. Destaca la subida de las bases máximas de cotización (actualmente en 4.495 euros), que se hará entre 2024 y 2050. Esta consistirá en ir sumándole a la cuantía anual del IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales.
LAS PENSIONES SEGUIRÁN REVALORIZÁNDOSE AÑO A AÑO HASTA 2050
En cuanto a las pensiones máximas, se revalorizarán año a año con la cuantía anual del IPC más un incremento adicional de 0,0115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050, y a partir de ese año y hasta 2065 habrá incrementos adicionales.
EQUIDAD Y SOLIDARIDAD
Otro pilar de la reforma de las pensiones será la solidaridad, con una cuota para la parte del salario que actualmente no cotiza por superar el tope máximo de cotización. Será del 1% en 2025 e irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045. Así, a una persona que gane 500 euros por encima del tope máximo de cotización, la cuota sólo se aplicaría por esos 500 euros y no por todo su salario, cotizando 5 euros adicionales en 2025. Esta cuota sólo se aplicará a salarios superiores a 53.946 euros en 2023, la base máxima de cotización hoy en España.
En cuanto a la equidad, que técnicamente llaman MEI o Mecanismo de Equidad Intergeneracional, va a pasar de los 0,6 puntos porcentuales actuales a 1,2 puntos porcentuales en 2029, a un ritmo de una décima de subida por año. Con ello quieren reforzar el sistema durante los años en los que puede haber una mayor tensión por la jubilación de la generación del ‘baby boom’.
CÁLCULO DE LAS PENSIONES POR AÑOS COTIZADOS
El Gobierno, o concretamente el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, también quiere cambiar ese ratio, y propone que la pensión se calcule con 25 años cotizados o con 29, excluyendo los 2 peores. Supone que en la práctica el cómputo en este segundo caso será de 27 años.
De esta forma, se permitirá elegir entre lo que ya hay (últimos 25 años de cotización) o utilizar un periodo de cómputo de 29 años, eliminando los dos peores años cotizados. Es decir, que el periodo de cálculo se mantendrá en 25 años si no resulta más beneficioso tomar un total de 27 años (29 años menos los dos peores). La nueva opción que se introduce (29 años excluyendo dos) se desplegará progresivamente durante 12 años a partir de 2026, lo que beneficiará especialmente a los trabajadores con carreras irregulares.
El objetivo es que aquellos con carreras laborales más volátiles, por ejemplo despedidos al final de su vida laboral, no vean mermada su pensión por haber recibido menores ingresos en sus últimos años en activo. Se calcula que beneficiará a un tercio de la población. El sistema dual de cómputo comenzaría a aplicarse en 2024 y se mantendrá hasta 2040, para empezar un periodo transitorio hasta 2044 para dejar un sistema que beneficie a los más jóvenes.
QUÉ PASA CON LAS PENSIONES MÍNIMAS
El texto del Gobierno plantea también una mejora de las pensiones mínimas, tal y como demandaban los sindicatos. Lo que se propone es algo similar a lo que se ha hecho con el salario mínimo interprofesional (SMI): establecer una senda de convergencia de las pensiones mínimas contributivas para asegurar que alcancen el 60% de la renta mediana, tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos.
Para las pensiones no contributivas se establece un proceso similar: crecerán hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal, según consta en los planteamientos del Gobierno.