Rumours es un milagro de disco. No solo por la calidad del trabajo sino por el hecho de que en su situación Fleetwood Mac haya podido terminar un disco. Cuando entraron al estudio Record Plant en California, donde años después grabaron bandas como Blondie o Metallica, Christine McVie (voz y piano) y John McVie (bajo) estaban en pleno proceso de divorcio después de que Christine se acostará con un amigo en común, Lindsey Buckingham (guitarra) y Stevie Nicks (voz) estaban rompiendo su inestable relación y el baterista y fundador Mick Fleetwood estaba también divorciándose.
El disco es entonces el resultado de 5 músicos que no podían verse las caras, y que solo podían componer sobre el dolor que se habían generado unos a otros. Irónicamente, el resultado es magia pura, quizás porque las canciones no guardan rencor, más enfocadas en como seguir la vida después de una separación que en el daño que puedan hacerse entre ellos.
Esta magia es la que ha permitido que el disco se mantenga de forma permanente en la cultura pop, y que siga hasta el sol de hoy entre los 100 discos más vendidos de Billboard, de hecho entre los 40 más vendidos. Es que cada vez que desaparece o baja de puesto en las listas la aparición de una de sus canciones en una película, como ‘The Chain’ en la segunda ‘Guardianes de la Galaxia’, o una canción que se viraliza cuando una nueva generación la descubre, el caso de ‘Dreams’ que se convirtió en uno de los temas más compartidos de TikTok, algo hace que el público se encuentre una y otra vez con las canciones de este disco.
EL MÁXIMO DISCO DE RUPTURA
Parte del encanto del disco es justamente su como cada una de sus canciones parece entender de forma diferente algún aspecto de la idea del rompimiento. Si bien es cierto que las canciones no necesariamente están llenas de rencor sí que hay puntas contra otros miembros de la banda, lo que es llamativo dado que participaban en la grabación. Momentos como la vocalista Stevie Nicks señalando a Lindsey Buckingham por sus infidelidades antes de que esté entre al solo de guitarra en ‘Dreams’ o Christine McVie explicando lo bello de su nueva relación mientras que su exesposo hace la nueva de bajo no dejan de ser llamativos para quien sabe la historia.
Pero se conozca o no las canciones se traducen naturalmente a explosivas piezas de pop rock. ‘Go Your Own Way’ suena como una liberación, tanto del intérprete (en este caso Buckingham) como de su pareja, ‘Dreams’ es profundamente pegajosa en la voz de Nicks y ‘The Chain’ es una tensa pieza de rock puro que espera por romperse al final. Pero aún fuera de los sencillos canciones como ‘You Make Loving Fun’, la sutil ‘Oh Daddy’, la triste ‘I Don’ Want to Know’ y la enigmática ‘Gold Dust Woman’ sirven para demostrar la capacidad compositiva del grupo.
REVITALIZANDO A FLEETWOOD MAC
A pesar de lo complicado que pueda haber sido el proceso de grabación el éxito de ‘Rumours’ permitió a la banda convertirse en una de las más aplaudidas del planeta. Pudieron arreglar las cosas al menos lo suficiente para seguir siendo compañeros de trabajo, aunque a diferencia de otros grupos de su época los Fleetwood nunca fueron demasiado dados a socializar entre ellos después de la grabación de este disco.
Al mismo tiempo debe ser complicado cargar con canciones tan personales y tener que interpretarlas cada noche. Lo cierto es que tras la muerte de Christine McVie el año pasado y la salida de Buckingham de la agrupación será interesante ver qué vida consiguen estas canciones en tarima.
De momento el disco sigue entre los más vendidos y escuchados del mundo, y es una demostración de lo potente que puede ser la música cuando, en palabras de Bob Dylan, el artista se atreve a sangrar sobre las cintas.