Y es que las viejas costumbres nunca se olvidan, tal vez puedan llegar a pasar de moda por un tiempo, pero siempre regresan y con más fuerza, afortunadamente para el planeta y para la existencia de la raza humana en él.
Recientemente la cadena de tiendas más importante de España y con influencia en todo el mundo, Zara, la creación de Amancio Ortega, lanzó al mercado una versión mejorada de lo que fuera su primera prenda en lanzar al mercado en el año 1975 y el éxito alcanzado en pocos días todavía les cuesta creérselo a muchos incrédulos.
La prenda está inspirada en las batas de tejido artesano que realizan las mujeres en algunas aldeas de Galicia, y ha sido bautizada como la “bata organza puntilla” y se ha literalmente agotado en cuestión de horas.
Toda esta polémica generada por la nueva prenda de Zara nos hace reflexionar sobre la importancia de volver al origen, como una única manera de salvar no solo al planeta sino a la raza humana. Cada día es más el deterioro ambiental que se genera en el planeta y las consecuencias se viven en todo el mundo, pero desafortunadamente son los países más pobres los más afectados.
Y es que el consumismo que se ha generado en el planeta por el afán de incrementar fortunas de algunos pocos, se ha acelerado en los últimos años y las consecuencias ambientales se empiezan a sentir en muchos países.
Zara, y su último lanzamiento constituye una muestra de lo que hemos venido experimentando en los últimos años con el tema de la moda rápida o fast fashion, pero existen una gran diversidad de marcas en el mercado actualmente que trabajan en el mismo sector, pero lo verdaderamente lamentable es que llegan a ser más famosas las marcas, son más difundidos sus productos en las redes sociales, que las consecuencias ambientales que generan a su paso.
La tendencia a ser eco – responsable Vs “fast fashion”
Lo primero que debemos decir es que la moda sostenible no es para nada una tendencia, sino una necesidad y más en este momento histórico.
El tema de la moda siempre ha generado polémica y no solo por las grandes cantidades de dinero que involucra sino por el impacto ambiental que va dejando a su paso. Este sector en los últimos años se ha asociado a una producción que ha ido en ascenso, lo que ha repercutido directamente en el consumidor, ya que se ha generado la terrible costumbre del usar y tirar.
Lo que muchos han denominado la “fast fashion” ha resultado ser una tendencia que no se puede sostener, de acuerdo a un estudio realizado por la Unión Europea (UE) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la industria textil es una de las mayores responsables del desperdicio de agua a nivel mundial y por si fuera poco, la producción del tejido necesario para elaborar la ropa ha venido incrementando los niveles de contaminación de agua potable en todo el mundo.
Y qué decir de las consecuencias ambientales que ha venido generando en el continente africado, estudios recientes alertan sobre los daños ambientales graves que se están generando en los ríos de África, un continente que países de Europa y Estados Unidos utilizan para elaborar la producción, debido entre otras cosas a los bajos costes.
La importancia de ser responsables con el ambiente y retomar las “viejas costumbres”
Qué tiene de malo reutilizar las viejas botellas de cristal, comprar los alimentos de la forma tradicional, reutilizar una prenda de vestir de la temporada pasada, el tema de la fast fashion solo es un ejemplo de las graves consecuencias que estamos ocasionando al planeta con nuestro “absurdo” estilo de vida.
Hoy más que nunca surge la necesidad de retomar esas viejas costumbres, costumbres que además son bastante más saludables para nosotros y totalmente amigables con el ambiente. Hemos preferido pasar de comprar alimentos a granel para comprar pequeñas cantidades empaquetas con plástico que se ha demostrado es altamente contaminante.
Lo mismo ocurre con el uso de la vieja botella de cristal que se utilizaba antiguamente para llevar la leche a casa, hoy día hay supermercados que han optado por esta solución para los zumos, e incluso algunas marcas de bebidas de refrescos, aunque siguen utilizando el plástico, que ya hablan de botellas reutilizables.
Afortunadamente recientemente muchos medios de comunicación y organizaciones han desarrollado campañas que invitan a recuperar estas viejas costumbres y por suerte para el planeta parece que ha generado cierto impacto en la población, porque hemos visto como la tendencia a comprar a granel ha ido cobrando importancia en algunos países, sobre todo en poblaciones pequeñas.
Lo cierto es que hay muchas “viejas costumbres” que se pueden rescatar, además del uso de las botellas de cristal o la compra de alimentos a granel, tenemos por ejemplo el uso de las bolsas elaboradas con tela reutilizables para hacer la compra o guardar el coche para ocasiones especiales e ir al trabajo en bicicleta.
Rescatemos las viejas costumbres y no lleguemos a ser unos seres humanos bien vestidos y a la moda, pero sin planeta donde vivir.