En un futuro próximo o no tanto, nuestras carreteras necesitarán una pequeña ayuda para reducir la congestión del tráfico cuando haya muchos vehículos autónomos en ellas.
Para eso está pensado el semáforo de cuatro colores: blanco, rojo, amarillo y verde. Los vehículos autónomos de todo tipo, se guiarán por este semáforo en blanco, comunicado de forma inalámbrica pero también servirá para que los vehículos y conductores tradicionales sepan cómo se está moviendo el flujo de tráfico.