La curiosa historia de este pingüino noruego viene de tiempos lejanos. 11 años más tarde, cuando el teniente Eglien regresó a Edimburgo, consiguió que la unidad adoptará un pingüino.
El pingüino adoptado por la Guardia Real pasó a llamarse Nils, en honor al teniente Egelien, se le dio el rango de cabo y se decidió que sería ascendido cada vez que la Guardia del Rey visitará Edimburgo.