En Gobierno quiso acabar de golpe con la polémica de los trenes Renfe para Cantabria y Asturias que, debido a un error normativo, se descubrió que no cabían por los túneles. Lo vimos, primero, con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana quien aprobó una orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Esto fue para concretar la norma que permitirá la aplicación del llamado método comparativo en el diseño y fabricación de los nuevos de trenes de ancho métrico para las redes de Cercanías de ambas comunidades.
Pero lo que también hemos conocido en las últimas horas ha sido la dimisión y ceses de varios responsables que se encontraban en el Gobierno y que estaban envueltos en una polémica con estos trenes asturianos y cántabros que ya no se sostenía por ninguna parte.
Debido a un error normativo, 31 trenes Renfe no cabían por los túneles de Cantabria y Asturias
En líneas generales, hablamos de un error cometido en el que resultó el pedido de 31 trenes encargados por Renfe en 2020 para Asturias y Cantabria y que, a la hora de la verdad, se vio cómo no caben por algunos de los túneles de la red ha dado lugar a lo que ya se conoce como uno de los mayores fiascos ferroviarios de los últimos años.
El fabricante, la vasca CAF, ya alertó en marzo de 2021 de que había un error en las medidas de altura de los convoyes y no se podían construir. Seis meses después, expertos de tres organismos dependientes del Ministerio de Transportes y de la empresa adjudicataria consensuaron una solución para arreglar el problema.
Esto último se hizo por el llamado método comparativo, inédito en España, y que consiste en emplear un tren que ya circule en la red como referencia del tamaño del nuevo. Pero hasta ahora no se ha aplicado de forma efectiva.
Algunos de los trenes de entonces se construyeron hace 40 años
Los trenes que funcionan en estos momentos por esas vías, se construyeron, algunos, hace 40 años. Y todos ellos se produjeron antes de que la nueva norma de 2015 exigiera unos requisitos mayores en los gálibos.
Con ellos, no sólo se pretende que los trenes entren por los túneles, sobre todo están pensados para que, en caso de accidente, el tren pueda ser evacuado y los viajeros no queden atrapados.
Ante esto y la presente polémica generada, y los dimes y diretes de los últimos días, ha sido el presidente de Renfe, Isaías Táboas, y la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, los que han presentado su dimisión a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, quien las ha aceptado.
El encargo de estos trenes acumulaba ya más de dos años de retraso
Inicialmente, y al respecto de la problemática, se planteó la aplicación de la normativa que se sigue, la dimensión máxima de altura y anchura del vehículo, pero esto «podía provocar que los trenes fueran más pequeños de lo necesario«, según ha explicado el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, por lo que se va a optar por el método comparativo para su diseño.
Como decimos, este es un caso en el que el encargo acumula más de dos años de retraso y que se había cobrado recientemente el puesto de dos directivos de tercer nivel de Renfe y Adif. Ahora caen piezas mayores y los ceses coinciden con una reunión de la ministra Sánchez con los presidentes cántabro y asturiano.
«Es un momento difícil, pero necesario. Debemos ser coherentes con nuestras responsabilidades», ha señalado la ministra en una comparecencia celebrada en Madrid junto a Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla.
Los presidentes de ambas regiones han explicado antes de la reunión, que el Ejecutivo no les ha informado de las dimisiones y han exigido que hayan más soluciones que la depuración de responsabilidades políticas. Según han desvelado Barbón y Revilla, han tenido conocimiento de estas dimisiones por la prensa y nadie del Gobierno les ha informado de estas marchas.
Así, ahora, los encargados de intentar cerrar esta crisis en el ministerio de Transportes por el caso de los trenes de Renfe son Raúl Blanco, exsecretario general de Industria, como el nuevo presidente de Renfe y David Lucas, secretario general de Vivienda, ahora el nuevo secretario de Estado de Transportes.