Los diamantes de laboratorio son diamantes que se crean en un laboratorio en lugar de extraerse de la tierra. Hay dos formas principales de fabricar diamantes de laboratorio: la deposición química de vapor (CVD) y los métodos de alta presión y alta temperatura (HPHT). Ambos métodos pretenden recrear las condiciones de alta presión y alta temperatura necesarias para la formación de diamantes en el manto terrestre.
La deposición química de vapor, o CVD, es un proceso que utiliza una mezcla gaseosa de carbono e hidrógeno para depositar finas capas de átomos de carbono puro sobre un sustrato. El sustrato suele ser un pequeño cristal semilla de diamante, que actúa como núcleo para el crecimiento del diamante. A continuación, la mezcla gaseosa se calienta a una temperatura de unos 800-1000°C y se crea un plasma que hace que los átomos de carbono reaccionen con el sustrato y formen una capa de diamante. Este proceso se repite varias veces para crear una capa de diamante más gruesa.
El método de alta presión y alta temperatura, o HPHT, implica el uso de condiciones de alta presión y alta temperatura para convertir un tipo de carbono llamado grafito en diamante. Para ello, se comprime el grafito dentro de una prensa metálica o cerámica junto con un catalizador, como níquel, cobalto o hierro. A continuación, la presión y la temperatura en el interior de la prensa se elevan a unas 100.000 atmósferas y 1.500 °C, lo que provoca la transformación del grafito en diamante.
Los diamantes de laboratorio se suelen clasificar utilizando las mismas 4C que se utilizan para clasificar los diamantes naturales: peso en quilates, talla, claridad y color. El peso en quilates se refiere al tamaño del diamante; un quilate equivale a 0,2 gramos. La talla se refiere a la calidad del corte del diamante, que afecta a su destello y brillo. La claridad se refiere a la presencia de inclusiones e imperfecciones en el diamante; un diamante más claro es más valioso. Por último, el color se refiere a la presencia de cualquier tinte amarillo o marrón en el diamante, siendo más valioso un diamante más blanco.
En la mayoría de los casos, es difícil que una persona diga si un diamante es de laboratorio o natural apenas mirándolo. Los diamantes de laboratorio son virtualmente indistinguibles de diamantes naturales al ojo desnudo o con el ojo ayudado y se pueden distinguir solamente de diamantes naturales por el equipo especializado.
En términos de diferencias visuales, los diamantes de laboratorio son prácticamente idénticos a los diamantes naturales y sólo pueden distinguirse de éstos mediante equipos especializados, como un espectrómetro. Sin embargo, hay algunas diferencias sutiles en términos de inclusiones y de defectos que se puedan utilizar para distinguir entre los dos. Los diamantes de laboratorio tienden a tener menos inclusiones y manchas en comparación con los diamantes naturales, debido a las condiciones controladas en las que se crean.
El valor de reventa de los diamantes de laboratorio es un tema muy debatido en la industria joyera. Mientras que los diamantes de laboratorio son perceptiblemente menos costosos que diamantes naturales, se consideran a menudo como menos valiosos en el mercado secundario debido a su origen sintético. Los diamantes naturales se consideran ser más raros y más valiosos debido al hecho de que se forman sobre millones de años en el manto de la tierra, mientras que los diamantes de laboratorio se crean en cuestión de semanas o de meses.
Un quilate de excelente talla F VS1 de un diamante de laboratorio en Diamonds-USA cuesta US$1150 y un diamante natural de las mismas especificaciones cuesta 5897$.
También vale la pena señalar que algunos diamantes de laboratorio pueden tener una pequeña inscripción en la faja del diamante que indica que ha sido creado en laboratorio. Esto se hace a menudo para conformarse con estándares y regulaciones de la industria.
Si usted está preocupado sobre si un diamante es de laboratorio o natural, el mejor curso de acción es pedir un certificado de un laboratorio gemológica reputable, tal como el IGI que se utiliza comúnmente para los diamantes de laboratorios, que indicarán el origen del diamante.
En conclusión, los diamantes de laboratorio son un segmento de la industria del diamante en rápido crecimiento debido a su asequibilidad y a su aspecto prácticamente indistinguible de los diamantes naturales. Sin embargo, hay todavía un estigma unido a los diamantes de laboratorio en el mercado secundario, y se consideran típicamente ser menos valiosos que diamantes naturales. No obstante, los diamantes de laboratorio son una gran opción para quienes buscan una alternativa asequible y respetuosa con el medio ambiente a los diamantes naturales.
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