La semana pasada Íñigo Onieva se dejaba ver en Catar, disfrutando de un viaje de negocios sin la presencia de su prometida, Tamara Falcó, que se quedaba en Madrid escapando del foco mediático por la polémica que hay servida entre Mario Vargas Llosa y su madre, Isabel Preysler. El empresario habría un nuevo restaurante Tatel en Doha y se mostraba de lo más inmerso en este nuevo proyecto que le ha tenido muy ocupado, pero ahora, su vista está en su enlace matrimonial con la Marquesa de Griñón.
Las cámaras han sido testigos de cómo la pareja se ha reencontrado, pero lo cierto es que no nos han querido desvelar cómo fue en la más estricta privacidad. Juntos, ahora están centrados en los preparativos de su boda y parece que no hay nada más importante que eso, ni siquiera las declaraciones del Premio Nobel han causado revuelo en sus vidas.
Hace unos días la revista ¡HOLA! desvelaba en exclusiva que Tamara confiará en la firma española ‘Sophie et voilà’ para darse el ‘Sí, quiero’ con Íñigo, y nosotros hemos podido hablar con ella para sobre esta elección y nos ha asegurado que se ha decantado por ellos porque «me encanta».
Tamara e Íñigo se dejaban ver comiendo juntos en un restaurante tras realizar algunas gestiones en medio de los preparativos de su boda. Más unidos que nunca, atrás quedaron los días en los que ambos estaban más separados que nunca, cuando pensábamos que no había vuelta atrás y que la reconciliación sería algo imposible.
Europa Press también tenía oportunidad de preguntarle a Íñigo cómo está llevando su prometida toda la polémica que hay servida entre Preysler y Mario, pero lo cierto es que el empresario se ha mostrado parco en palabras se despedía de la prensa sin querer desvelar ningún detalle: «gracias, hasta luego». No cabe duda de que lo único que les importa a ambos es su enlace matrimonial y que todo lo demás sobra.