En algunas ocasiones, los padres tienden a atosigar a sus bebés con el fin de que pasen ciertas etapas de desarrollo en un momento concreto de su vida. Así, si el bebé del vecino se ha sentado a los seis meses, quieren que el suyo haga lo mismo.
Esto es aún más intenso a la hora de empezar a caminar, de forma que intentan ayudar al pequeño sujetándolo con andadores, correpasillos, etc., cuando esto no es lo mejor ni lo más natural.
Emmi Pikler fue la precursora del movimiento libre
Emmi Pikler fue una pediatra húngara que dirigió un orfanato, lo que le permitió observar a cientos de niños, los cuales no tenían tanta atención como los que se criaban en casa dentro de una familia.
Ahí se dio cuenta de que todos los niños pasaban por un proceso idéntico, desde que nacían hasta que corrían, que repetían las mismas posturas sin que nadie interviniese ni les enseñase a hacerlo. El desarrollo motor se produce de una forma natural y espontánea, algo que el niño tiene interiorizado y que no se da a la misma edad en todos ellos, lo que significa que mientras unos caminan al año, otros lo harán al año y medio.
Con esto, la pediatra quería decir que lo importante es que el bebé pase por todos los movimientos o posturas (tumbado, gateo, sentado, de pie, caminar de forma estable) cuando corresponda, de forma natural.
Colchonetas para fomentar el movimiento libre
Ya conocemos qué es el movimiento libre, pero eso no quiere decir que dejemos al niño en el suelo duro haciéndose daño. Por eso, aquí es donde entran las colchonetas tombarella, que están hechas de espuma de densidad media y de un grosor de 2 cm.
Estas colchonetas proporcionan al bebé una superficie acolchada en la que puede pasar por todos los movimientos de una manera segura, ya que le permite explorar sin lesionarse en ningún momento. Las telas que emplean las colchonetas de gateo de Tombarella son orgánicas, tienen unos diseños propios que encantan a los más pequeños y son desenfundables, de manera que la funda se puede lavar sin problemas.
Pueden acompañar al niño durante años
Una de las ventajas de los productos de esta marca es que sus colchonetas son enrollables y evolutivas, desde el gateo hasta cuando son más mayores.
La compra se amortiza, puesto que el bebé la va a usar cuando ya tenga algún año más, tanto a la hora de tener su rincón de psicomotricidad, como un pequeño espacio de lectura o incluso como una pieza XL suelta en la que se puede tumbar y dormir.
Al tener la posibilidad de enrollarse, su almacenamiento es sencillo y ocupa muy poco, lo que también ayuda a que la podamos transportar, por ejemplo cuando vamos a ver a unos amigos, nos vamos de vacaciones o a visitar a unos familiares.
Se trata de unas colchonetas muy prácticas y se puede encontrar más información en esta guía, ya que el bebé la empleará para iniciar el movimiento libre y conforme crezca se convertirá en su rincón de juegos preferido.