Las personas con manía persecutoria están convencidos de que ellos mismos, o alguien cercano a ellos, están siendo perseguidos, espiados o que se están realizando una conspiración contra ellos.
Además, interpretan que es con el fin de hacerles algún daño.
Esta creencia permanece pese a mostrarse lo contrario. Este delirio se puede deber a trastornos psicóticos, consumo de sustancias psicoactivas o deterioro cognitivo como la demencia.