España y Marruecos se han comprometido en el marco de la nueva relación que han entablado a evitar aquello que pueda ofender a las «esferas de soberanía» del otro. Sin embargo, el punto más reseñable ha sido el compromiso entre ambos países para facilitar la progresiva puesta en funcionamiento de las aduanas de Ceuta y Melilla «de manera ordenada».
El jefe del Ejecutivo subrayó igualmente que se va a garantizar por parte de España y Marruecos que las aduanas de Ceuta y Melilla sigan abriéndose de manera ordenada y progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y mercancías por la frontera.
Así, con todo, lo que se puede leer de esto es que Marruecos ha logrado el ansiado apoyo español a su plan autonomista sobre el Sáhara, en el que Pedro Sánchez avanza paulatinamente en su propósito de alejar Ceuta y Melilla de las pretensiones del reino marroquí.
España avanza en alejar a Ceuta y Melilla de las pretensiones marroquíes
La Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos gobiernos ha arrancado esta mañana con un compromiso de «respeto mutuo» para evitar «todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía».
Una declaración verbalizada por el presidente del Gobierno en su primera intervención, que se ha retrasado una hora porque previamente ha mantenido en el Palacio Real un encuentro con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, y sus respectivos ministros de Exteriores, José Manuel Albares y Nasser Bourita.
Así. tenemos que hablar del giro diplomático de España el pasado abril en su posición sobre el Sáhara, en el que Pedro Sánchez aceptó el plan de autonomía marroquí sobre su excolonia, lejos de haber disuadido a Rabat de reclamar su soberanía sobre esos espacios marítimos parece haberle envalentonado para seguir ejerciendo presión al Gobierno sobre los peñones y las islas españolas frente a sus costas.
Esto no es por otro motivo que porque entonces, aquel acuerdo entre Pedro Sánchez y Mohamed VI, que aspiraba a pacificar las tensas relaciones entre los dos países, no se estableció una delimitación expresa de los casos de Ceuta y Melilla.
Es ahí que, ahora, Mohamed VI juega a fondo la baza de Ceuta y Melilla. Sabe que la debilidad política de España le facilitará avances considerables en la aspiración marroquí a la soberanía sobre las dos ciudades autónomas españolas con el fin de preservar el bien supremo de su presencia en el poder.
Marruecos nunca ha dejado de reivindicar a las ciudades, pero podría hacerlo
Esto no significa que Marruecos deje de ver a Ceuta y Melilla como partes de su territorio, pero de lo que, según se desprende de las palabras de Pedro Sánchez, no lo va a hacer públicamente ni lo va a impulsar en su acción de Gobierno.
Y lo mismo España con el Sáhara. Pero ni el jefe del Ejecutivo ha citado de manera explícita este conflicto o ha reiterado su respaldo al plan de autonomía, ni su homólogo marroquí ha hecho una sola mención a Ceuta y Melilla.
De esta forma, la delegación procedente de Madrid ha conseguido el compromiso de «la plena normalización» de la circulación de personas y mercancías a través de Ceuta y Melilla, pero la reapertura de las aduanas no será inmediata, sino que seguirá «en pruebas» según «el calendario acordado para superar cualquier posible eventualidad».
En La Moncloa justifican la falta de concreción porque faltan por «afinar» aspectos técnicos, como las medidas para evitar el contrabando, que garanticen que estos movimientos fronterizos se hagan de forma «ordenada». Así, las últimas informaciones nos dicen que los próximos meses tendrá lugar un nuevo encuentro al máximo nivel entre el presidente del Gobierno y el rey de Marruecos.
Melilla pertenece a España desde el siglo XV y Ceuta desde el XVII, antes de que existiera formalmente siquiera el Reino de Marruecos. Desde los años 70′, Rabat nunca ha dejado de reivindicar su soberanía sobre estas dos ciudades, a pesar de que la ley internacional no las considera colonias y Naciones Unidas respalda que son parte de España. Ese es el consenso indiscutido en los medios y la política marroquí.