La receta de hígado encebollado suele tener su propio club de fans, pero también un buen grupo de detractores que se oponen a consumirlo, pues, consideran que su sabor es algo fuerte; sin embargo, tal como sucede con los riñones al Jerez, prepararlo perfecto y lograr que quede con un sabor delicioso que guste a todos es más fácil de lo que crees.
Esta víscera considerada deliciosa para muchos y odiada por otros, es en realidad muy sabrosa y llena de importantes nutrientes que se aprovechan al máximo. La clave está en prepararla de manera correcta y por supuesto, en aplicar este truco que hará que esté más suave y que guste a todo aquel que la pruebe.
5Este es el truco para lograr que quede más suave y hacer que su sabor guste a todos
Tal como te lo he comentado en líneas anteriores, una de las principales razones por las cuales las personas se niegan a comer el hígado encebollado es porque este resulta tener un sabor bastante fuerte; y de hecho, a algunas personas suele caerle algo pesado y llegan a repetirlo.
Si esta es la razón por la cual no lo preparas con la frecuencia que quisieras en casa, simplemente debes seguir estos sencillos pasos para que quede perfecto:
- Comienza por colocar el hígado ya limpio en un recipiente con agua muy fría, remueve y escurre todo el excedente de sangre.
- Una vez que tengas los filetes bien limpios y escurridos, colócalos en un recipiente limpio y vierte leche sobre ellos.
- Cuando tengas el hígado cubierto en leche, espolvorea apenas un poco de sal, tapa con papel film y lleva a la nevera por lo menos por una hora (lo puedes dejar incluso hasta el día siguiente)
- Transcurrido el tiempo necesario, retira los filetes de la leche y estarán listos para tu receta de hígado encebollado.