Hígado encebollado: el truco para que sepa más suave y guste a todos

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La receta de hígado encebollado suele tener su propio club de fans, pero también un buen grupo de detractores que se oponen a consumirlo, pues, consideran que su sabor es algo fuerte; sin embargo, tal como sucede con los riñones al Jerez, prepararlo perfecto y lograr que quede con un sabor delicioso que guste a todos es más fácil de lo que crees.

Esta víscera considerada deliciosa para muchos y odiada por otros, es en realidad muy sabrosa y llena de importantes nutrientes que se aprovechan al máximo. La clave está en prepararla de manera correcta y por supuesto, en aplicar este truco que hará que esté más suave y que guste a todo aquel que la pruebe. 

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Este es el truco para lograr que quede más suave y hacer que su sabor guste a todos

Hígado encebollado el truco para que sepa más suave y guste a todos

Tal como te lo he comentado en líneas anteriores, una de las principales razones por las cuales las personas se niegan a comer el hígado encebollado es porque este resulta tener un sabor bastante fuerte; y de hecho, a algunas personas suele caerle algo pesado y llegan a repetirlo.

Si esta es la razón por la cual no lo preparas con la frecuencia que quisieras en casa, simplemente debes seguir estos sencillos pasos para que quede perfecto:

  • Comienza por colocar el hígado ya limpio en un recipiente con agua muy fría, remueve y escurre todo el excedente de sangre.
  • Una vez que tengas los filetes bien limpios y escurridos, colócalos en un recipiente limpio y vierte leche sobre ellos.
  • Cuando tengas el hígado cubierto en leche, espolvorea apenas un poco de sal, tapa con papel film y lleva a la nevera por lo menos por una hora (lo puedes dejar incluso hasta el día siguiente) 
  • Transcurrido el tiempo necesario, retira los filetes de la leche y estarán listos para tu receta de hígado encebollado.