San Agustín Erlandsön, o San Eystein Erlandsön, como se pronuncia en su idioma natal, según el Martiriólogo Romano, fue obispo de la ciudad noruega de Nidaros, a la que actualmente se conoce con el nombre de Trondheim, y el puesto le fue confiado por el primer Obispo del lugar, durante el ejercicio de su cargo se aseguró de que se desarrollara la fe cristiana y la defendió contra los príncipes, aproximadamente en el año 1188.
Agustín es un nombre bastante común en España, de hecho el Instituto Nacional de Estadística indica que hay miles, y es más que probable que conozcas a un caballero que haya sido bautizado con el nombre de Agustín, y eso sin contar a las Agustinas, que también son muchas, por eso, si un miembro de tu familia, de tu círculo de amistades o de tus conocidos ha sido bautizado con ese nombre, el Santoral Católico te da una nueva oportunidad para que lo felicites hoy por celebrarse su santo.
San Agustín Erlandsön
San Agustín Erlandsön es muy conocido en los capítulos de la historia noruega medieval como un obispo que con mucho celo se esforzó por el desarrollo de la iglesia en ese país. Perteneció a una respetada y conocida familia en Noruega en el siglo XII y fue sacerdote de la Corte del Rey de Inge «Krokygg» (Krokygg por ser jorobado), quien lo nombró Arzobispo de Nidaros en el año 1157 y tiempo después fue consagrado como santo.
Parte de la existencia de San Agustín Erlandsön transcurrió a la sombra del trono de Noruega, cuando coronó rey al hijo de Erling Stakke, el joven Magnus V, y mantuvo buenas relaciones con sus seguidores, pero nada no es posible afirmar lomismo con respecto al rey Sverre Sigurdsson, quien en el año 1182 derrocó al rey Magnus V.
Este cambio obligó a San Agustín Erlandsön a vivir en el extranjero durante tres años hasta que se reconcilió con el rey Sverre. En este punto, cabe mencionar su papel como obispo durante los reinados de los hijos del rey Harald IV, Sigurmond, Inger Krokrygg y Eystein II, que gobernaron juntos.
Fue en este momento que se logró organizar la Iglesia de Noruega. En 1152, los reyes antes mencionados acordaron una negociación con el Legado Papal, el cardenal Niccoló di Albano, permitiendo establecer la sede del arzobispado de Nidaros (ahora el nombre de la ciudad es Trondheim), llegando a nombrarse al primer arzobispo en esta nueva sede eclesiástica, que hasta entonces formaba parte de la Arquidiócesis de Land.
La iglesia que existía en Nidaros, construida en estilo románico de una sola nave, fue erigida por el rey Olaf Kyrre (1093), pero resultó ser demasiado pequeña para la celebración de las eucaristía, por lo que Noruega quiso tener una catedral que fuera aún más bella, iniciándose la construcción de su nave transversal, pero las obras no pudieron ser terminadas en el 1161.
Logró incrementar la fe cristiana en Noruega
Al momento en que San Agustín Erlandsön regresó del exilio en el año 1183, inició una reconstrucción completa de esta catedral, pero con el estilo gótico; después de la muerte del San Agustín Erlandsön en el año 1188, la gran tampoco había sido terminada.
San Agustín Erlandsön inmediatamente comenzó a ser venerado como santo por las virtudes de su vida y el celo con el que defendió los derechos de la Iglesia contra la arrogancia y el abuso de reyes y señores feudales.
El 26 de enero, el Santoral Católico también recuerda la vida de otros santos y beatos, entre los que se mencionan a Santa Paula de Roma, San Timoteo y San Tito, San Alberico, abad, San Teógenes, mártir, San Ansurio, San Eusten de Nidaros, Beata María de la Dive y Beato Miguel Kozal.