El equipo de Elon Musk ha estado explorando hacer una nueva recaudación de fondos de hasta 3.000 millones de dólares (2.750 millones de euros) para ayudar a pagar parte de la deuda de 13.000 millones de dólares (11.912 millones de euros) de Twitter por la compra de la compañía, según han comentado a Bloomberg fuentes familiarizadas con el asunto.
En diciembre, los representantes de Musk hablaron de vender hasta 3.000 millones de dólares (2.750 millones de euros) en nuevas acciones de Twitter. En este sentido, explicaron que un aumento de capital exitoso podría usarse para pagar la deuda que lleva la tasa de interés más alta dentro de los 13.000 millones de dólares.
El pago de la deuda supondría un alivio financiero para Twitter y le permitiría mantener a los anunciantes en la plataforma. En noviembre, Musk dijo que Twitter había sufrido «una caída masiva de los ingresos» y estaba perdiendo más de 4 millones de dólares (3,6 millones de euros) al día.
Musk también llegó a expresar que la quiebra era una posibilidad para la empresa, aunque más tarde compartió perspectivas más optimistas, señalando que espera que el flujo de caja alcance «más o menos» el equilibrio en 2023, tras haber recortado unos 6.000 puestos de trabajo.
LOS BANCOS, A LA ESPERA DE NOTICIAS
Por su parte, los bancos que poseen los 13.000 millones de dólares de deuda aún no han recibido ninguna notificación formal de cualquier reembolso.
Cada trimestre que pasa sin que Twitter refinancie la deuda, el tipo de interés sube un 0,5% adicional, según los registros regulatorios. El primer pago trimestral de intereses de Twitter vence a finales de mes.
La carga anual de intereses de Twitter ha aumentado en más de 100 millones de dólares (91.650 millones de euros) desde que anunció la adquisición el pasado abril, ya que el tipo de interés a un día ha aumentado. En el momento del anuncio, el tipo a un día era del 0,3%.
Un posible acuerdo supondría un alivio para los bancos que respaldaron la adquisición de la empresa de redes sociales por parte de Musk, y que tenían la intención de vender la deuda a terceros inversores, aunque el rumbo cambió tras el deterioro de las condiciones del mercado.