Twitter es la red social preferida por los investigadores para difundir sus resultados de investigación, difundir conocimientos o simplemente comunicarse con otros colegas.
El ícono de Twitter, Larry, es un pájaro azul de montaña con un hermoso plumaje azul que vive en una jaula, sin libertad. O al menos eso creía el magnate Elon Musk cuando compró Twitter y anunció su retiro en octubre pasado. Esta «libertad» puede tener un alto costo para la ciencia, después del fracaso de la marca de verificación azul y de otras políticas implementadas por Elon Musk.
7Ciudadanos haciendo ciencia
Muchas iniciativas de ciencia ciudadana encuentran en Twitter la plataforma ideal para difundir sus objetivos y recopilar datos. Por ejemplo, cuando se trata de recolectar observaciones de fenómenos naturales, observar flora o fauna, una red social será más efectiva que pedir enviar información a través de formularios ocultos.
Diversimar u Observadores del Mar, proyectos de ciencia ciudadana destinados a observar la biodiversidad marina y piscícola, son claros ejemplos de éxito. Pero los ciudadanos pueden participar en iniciativas similares sin siquiera darse cuenta, porque sus tuits están bloqueados por algoritmos de encubrimiento cuyo único objetivo es hacer lo que se conoce como ciencia ciudadana pasiva.