Las gambas son de los mariscos más utilizados en la gastronomía española y son infaltables en las mesas durante todo el año. Nada más delicioso que disfrutarla como parte del menú navideño, y también aprovechar de todo su sabor, jugosidad y aroma en una parrillada de verano. Este marisco es uno de los más consumidos y se encuentra presente en una amplia cantidad de recetas perfectas para tu deleite.
Sea cual sea el plato que vayas a preparar con gambas o que decidas escogerlas para hacer las más ricas tapas mientras compartes unos tragos con amigos, un factor que debes tener siempre presente es la calidad de las mismas, así que no dejes que te engañen y quédate a conocer cómo deben lucir al momento de comprarlas.
2Cómo escogerlos cuando los ofrecen frescos
Cuando vayas de compras observa bien que este marisco se encuentre refrigerado sobre una cama de hielo, la cual debe ser bastante gruesa. Fíjate muy bien en su carne, la cual debe lucir firme, traslúcida y sin ningún tipo de mancha. Otro factor que debes tener en cuenta es el tacto, pues, las gambas no deben percibirse babosas si llegas a tocarlas.
Otra zona a la cual se le suele prestar poca atención y que demuestra la frescura del marisco, son los ojos, los cuales en este caso deben estar negro brillante y saltones. Si al observar una gamba sus ojos se ven secos o arrugados, no las lleves a casa. Así mismo, verifica que la cáscara luzca completa y de color uniforme. Su aroma es otro factor importante, pues debe recordarte el olor del mar y nunca a amoniaco.
¡Que no te engañen, si las gambas frescas huelen a cloro, es porque las enjuagaron para enmascarar los malos olores!