Los países aliados de la OTAN parecen estar dispuestos a reforzar a las fuerzas militares ucranianas, después de casi un año de conflicto armado contra Rusia. Así pues, algunos de los principales países de la Alianza Atlántica se han comprometido a enviar nuevos paquetes de ayuda militar a las fuerzas de Volodímir Zelenski, mientras que el Kremlin asegura que las alianzas internacionales contra su ofensiva «no cambiaría nada».
Hace algo menos de un año, el Gobierno ruso de Vladimir Putin decidía invadir por la vía militar el territorio ucraniano. Ofensiva ante la que las fuerzas militares de Ucrania presentaban batalla, tanto militar como políticamente. Una defensa férrea de su soberanía que era defendida de forma internacional por el presidente del país, Volodímir Zelenski, que no dudaba en pedir ayuda al entorno internacional ante la invasión rusa.
Una ayuda que no tardaba en llegar, no sólo debido a la brutal crisis energética y económica que generaba este conflicto armado en pocas semanas, sino especialmente debido a la clara amenaza que supone Rusia, especialmente en el territorio europeo. Más aún, después de que el Kremlin ruso no dudara en «amenazar» con una guerra mundial nuclear.
Ayuda que ahora, casi un año después del inicio del conflicto, y ante una evidente escalada de tensión, muchos países miembros de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica no han dudado en ampliar, de cara a defender la integridad del territorio ucraniano, y debilitar las ansias territoriales y hegemónicas rusas.
ASÍ SERÁ LA AYUDA DE LA OTAN A UCRANIA
«Esta es una lucha por nuestros valores. Es una lucha por la democracia y solo tenemos que demostrar que la democracia vence a la tiranía y a la opresión» ha afirmado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que destacaba que ha llegado el momento de ofrecer un apoyo militar a kiev «más pesado y moderno».
Un mensaje que ha liderado Estados Unidos, cuyo Gobierno ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar a las fuerzas de Zelenski valorado en 2.500 millones de dólares. «Los ataques aéreos más recientes del Kremlin contra las infraestructuras críticas de Ucrania demuestran una vez más el impacto devastador de la brutal guerra de Rusia en Ucrania» lamentaban desde el Departamento de Defensa norteamericano.
Esfuerzo económico y militar que también ha tenido reflejo en países como Finlandia, que ha prometido un paquete de ayuda militar de cerca de 400 millones de euros, así como Lituania, que entregará helicópteros y sistemas de defensa antiaérea a Ucrania.
«Hay que ayudar a Ucrania a ganar esta guerra» destacaba Josep Borrell, como Alto Representante de Política Exterior de la UE, apoyando el envío a Ucrania de tanques, a pesar de las dudas del principal fabricante de carros de combate, Alemania.
RUSIA REACCIONA ANTE EL «REARME» UCRANIANO
Movimientos de los países europeos, así como de miembros de la OTAN, que no ha pasado desapercibido para el Gobierno de Vladimir Putin, que no ha dudado en advertir de las posibles consecuencias que estos movimientos podrían tener, no sólo para Ucrania, sino para el contexto internacional.
«Las consecuencias serían negativas, definitivamente» ha destacado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. «Hemos dicho en repetidas ocasiones que estos suministros no cambiarán nada de forma fundamental, pero agregarían problemas a Ucrania y al pueblo ucraniano» han advertido.
Una posición de advertencia por parte de las fuerzas rusas en las que, sin embargo, sí se ha reconocido desde el Gobierno de Putin que el conflicto está en una fase de «espiral ascendente» debido a la implicación «indirecta y a veces directa» de la OTAN. Una implicación que ahora crece, no sólo frente a la amenaza rusa de las fronteras europeas, sino en defensa del pueblo ucraniano y sus derechos frente a los intereses imperialistas del Kremlin.
