La etimología de la el término la vida se encuentra en latín. En concreto, proviene de la palabra vita, que a su vez proviene de la palabra griega bios. Todo significa vida.
El concepto de vida se puede definir desde diferentes perspectivas. El concepto más común está relacionado con la biología, donde vivir es vista como la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. En este sentido, vivir es la diferencia entre personas, animales y plantas y objetos como rocas o mesas.
¿Qué es la vida?
El concepto de vida es difícil de definir, ya que dependiendo de la disciplina en la que nos encontremos, obtendremos diferentes respuestas, e incluso pueden oponerse entre sí, debido a las concepciones que las sustentan.
Uno de ellos es, a partir de qué momento hay vida, y eso es la base de toda la polémica que siempre ha existido entre permitir el aborto, y el derecho que tienen las mujeres sobe su propio cuerpo, ya que ellas son las que tienen el monopolio de dar vida a otros seres humanos, y las feministas celebran la nueva ley del aborto.
La vida proviene de la biología, desde el punto de vista científico
Se define como la capacidad de nacer, respirar, desarrollarse, reproducirse, desarrollarse y morir. Además, para que exista vida desde esta perspectiva, debe haber un intercambio de materia y energía.
La vida también proviene de la física. Puede entenderse como la duración de las cosas, y también puede entenderse como una etapa de desarrollo, es decir, los astros tienen vida, lo cual es incompatible con la biología.
La vida se estudia desde el ideario de la filosofía. También es difícil de definir, ya que las respuestas a obtener varían según el filósofo y el flujo de análisis. Encontramos filósofos que se oponen a la distinción anterior entre «cuerpo y alma» o «mente y cuerpo».
Para otros filósofos, vivir es una serie de experiencias. En este concepto, vivir no puede ser entendido por otras disciplinas porque es algo que sucede, les pasa a los seres vivos, por lo que no puede ser definida por la ciencia exacta.
Vida humana
En medicina, hablamos de una vida de una persona de principio a fin. Algunos creen que la vida puede comenzar en el momento en que se fertiliza un óvulo. Otros argumentan que los seres humanos comenzamos a vivir al momento de nacer, por lo que no existe antes de que ocurra el nacimiento del nuevo ser humano.
Algunos expertos creen que es necesario separar la vida humana de la vida biológica como concepto. Este es un tema que se discutió desde la antigua Grecia, y uno de los pensadores que lo interpretó fue Aristóteles.
Personajes eminentes creen que existen ciertos requisitos para considerar la vida humana, algunos de los cuales son la autonomía, la libertad, la búsqueda de la belleza, la política, la filosofía, entre otros. Esta visión ha recibido muchas críticas, porque muchas personas no pueden llamarse así de acuerdo a esta definición.
Otros, en cambio, creen que el requisito del vivir humano es la racionalidad. Esto es lo que nos diferencia de otros seres vivos. Se cree que esta posición se originó a partir de la expansión del judeo-cristianismo. Aunque esto ha cambiado a lo largo de la historia, no sólo los que tienen razón son considerados dueños de su propia vida humana.
Hoy, a partir del cristianismo, entiende la vida humana como un aspecto que el alma debe superar antes de alcanzar la perfección. Desde otras religiones, como el budismo, vivir es visto como otro estado de reencarnación.
La vida para la biología y la religión
Se trata también del estado activo del organismo, la fuerza interior que hace actuar a la persona que la posee. Otra forma de explicar cómo vivimos está relacionada con la capacidad de un ser físico para administrar sus recursos internos en respuesta a los cambios en su entorno.
Cuando vemos a una persona caminando o a un perro corriendo, no cabe duda de que estamos ante seres vivos. Por otro lado, determinar cuándo comienza y termina el vivir es más complicado.
Afirmar (o negar) que la vida comienza en el primer momento de la concepción y luego relacionarlo con cuestiones religiosas que se pretenden mezclar con la ciencia equivale a afirmar que el aborto es necesariamente un asesinato, porque es acabar con una vida.
Otras posiciones afirman que el feto en sus primeras etapas no es considerado un ser vivo. Algo similar sucede con la muerte, el final de la vida. El cese irreversible de la función cerebral (conocido como muerte cerebral) es científicamente equivalente al final del vivir, incluso si la persona continúa respirando.
Para la religión, la vida es la unión del cuerpo y el alma. Después de la muerte, el alma llega al cielo y, según algunas creencias, puede reencarnarse en otro cuerpo.
Decisiones sobre la muerte
En este sentido, debemos tener claro que hay muchas formas en las que la vida de una persona puede terminar. Pero cuando le sucedió a ella voluntariamente, fue porque eligió suicidarse. Los problemas personales, laborales o familiares suelen ser los motivos más habituales por los que alguien decide acabar con su existencia.
Sin embargo, no debemos olvidar que existe otra palabra que está íntimamente relacionada con la vida y la muerte. Estamos hablando de la eutanasia y suicidio asistido.
Puede definirse como una acción realizada por una persona con el propósito expreso de evitar el sufrimiento de otra persona en sus momentos finales. Es decir, lo que hace esa persona acelera la muerte del ser que sufre.
Esto se puede hacer con el consentimiento del paciente o simplemente a su propia discreción. La eutanasia ha sido uno de los temas más controvertidos del mundo en las últimas décadas, creando dos bandos opuestos: los que la defienden y los que la rechazan.
En el primer caso, la apoyan porque es sinónimo de respecto a la dignidad humana del ser que está en sufrimiento, mientras que los opositores creen que su implementación es una forma de legalizar lo que se considera un asesinato porque es una forma de terminar el vivir de un ser humano.