Madrid Nuevo Norte ha sido un proyecto que ha estado suspendido durante 26 años siendo uno de los desarrollos urbanísticos más impactantes de España y Europa. Durante el año 2020, le dieron luz verde y ha comenzado a aprobarse los presupuestos para las obras. Sin embargo, una serie de organizaciones ecologistas están interponiendo hasta nueve recursos en contra del proyecto.
«Ecologistas en acción» ha denunciado el proyecto desde su concepción
Las principales organizaciones que están en contra del proyecto son «Ecologistas en Acción» y el «Club de Debates Urbanísticos» que se encuentran a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decida sobre esta materia. Si alguno de los recursos toma buen puerto, el objetivo sería el de realizar modificaciones.
«Ecologistas en Acción» lleva denunciando el proyecto de Madrid Nuevo Norte desde la versión de la Operación Chamartín. Durante el año 2017, cuando Manuela Carmena se encontraba a la cabeza del Ayuntamiento de Madrid, existían varios colectivos que fueron excluidos en el proceso de debate y definición del proyecto urbanísticos. Esto quiere decir que se incumplieron los acuerdos alcanzados en las mesas de participación que se habían realizado con antelación.
Es por eso que estas dos organizaciones siguen en contra del proyecto Madrid Nuevo Norte ya que cuentan con varios recursos de importancia a nivel administrativo interpuestos ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Es por eso que el proyecto corre el riesgo de ser cancelado mediante una sentencia judicial.
¿Cuáles son las razones por las que las organizaciones ecologistas se posicionan en contra de Madrid Nuevo Norte?
Principalmente, la ordenación que se ha aprobado desaprovecha un gran terreno a nivel estratégico para el reequipamiento y la renaturalización del norte de la capital. Este planteamiento sigue las líneas de la Agenda Urbana Española y los principios internacionales en el campos del urbanismo y el desarrollo sostenible.
Esta serie de documentos que ha realizado el Estado español durante los últimos 10 años, son una propuesta de modelo urbanos donde la ciudad tenga el objetivo de la inclusión que es lo opuesto que propone Madrid Nuevo Norte.
Por lo tanto, la ordenación es, en realidad, la concesión de un suelo principalmente público a un operador privado que no tiene titularidad sobre el terreno y está pidiendo unas exigencias abrumadoras en cuando a edificabilidad. Estamos hablando del equivalente a construir 25 torres parecidas a las de la prolongación de La Castellana además de ciertas actividades que están siendo definidas únicamente en materia de rentabilidad, pero no de necesidad social.
Madrid Nuevo Norte no ofrece viviendas sociales dignas a miles de familias
En Madrid existe una gran necesidad de aportar viviendas sociales dignas para que decenas de miles de familias puedan tener un acceso al mercado de la vivienda y así desarrollar sus familias. Sin embargo, Madrid Nuevo Norte carece de este tipo de vivienda que resulta fundamental en estos tiempos lo que quiere decir que no aporta nada a nivel social para las familias con pocos ingresos.
El proyecto tiene su objetivo en la rentabilidad económica sin tener en cuenta las necesidades de su población en un espacio de gran calidad y potencial medioambiental donde se podrían instaurar zonas verdes públicas según la propia ley de actuación urbanística. En cambio, el proyecto tiene la finalidad de construir 17 hectáreas con enormes losas de hormigón sobre el haz de vías de la Estación de Chamartín.
Por otra marte, realizar este proyecto equivale a la destrucción y el traslado de servicios urbanos existentes con escala regional y que se encuentran en buen estado. Por ejemplo, las cocheras de la EMT y las instalaciones y redes del Canal de Isabel II. Esto quiere decir que es un proyecto que está derrochando recursos existente que tienen un funcionamiento óptimo.
Madrid Nuevo Norte generará insostenibilidad en el espacio metropolitano
Debido a las dimensiones del proyecto, la insostenibilidad es uno de los sellos de esta edificación ya que provocará múltiples fallos a futuro. Incrementará la demanda de movilidad por lo que se concentrarán usos y actividades creadoras de empleo (como es el caso de oficinas) en un espacio muy pequeño. Por otra parte, habrá un desequilibrio a nivel funcional y social ya que en el norte las rentas serán altas con empleos de calidad mientras que en el sur se encontrarán las ciudades dormitorio que están mucho más infradotadas con impacto ambiental negativo.
Otro punto para no llevar a cabo este proyecto es el del mercado inmobiliario que se ha visto muy afectado después de la pandemia. Esto se traduce en una disminución de la demanda de oficinas junto con el replanteamiento del modelo de vida que se encamina cada vez más a una lógica ecológica y sostenible que no tiene nada que ver con lo que plantea Madrid Nuevo Norte.
Madrid Nuevo Norte parece que no encaja en el modelo de Europa ecológica que necesita la población y las organizaciones ecológicas tienen claro que presentarán todos los recursos pertinentes.