En el mundo del fútbol nos pasamos la vida diciendo que si este futbolista o aquel otro eran el mejor de todos los tiempos.
Me parece una manía estúpida porque el fútbol ha dado futbolistas fantásticos con mayor o menor regularidad pero que han hecho disfrutar al público con su estilo.
No se si fue Pelé el mejor de todos los tiempos yo le vi jugar muy pocas veces y todas por reportajes o partidos enteros en video, pero lo que si fue, es un referente absoluto, en una época donde la televisión no era tan protagonista y además nunca salió de Brasil, con lo que no tuvo la bendición de Europa como jugador.
Edson Arantes do Nascimento es el nombre verdadero de Pelé. El primero de ellos se debe al inventor de la bombilla, Thomas Edison, que lo escogió su padre al nacer y del que siempre mostró orgullo. El 23 de octubre de 1940 nació en el municipio del sur del estado de Minas Gerais, en Brasil, fue sin saberlo famoso desde entonces.
Apoyándome en la web biografías y vidas, vamos a recorrer su trayectoria aunque sea de forma resumida para conocer mejor al futbolista brasileño.
Como comentaba al principio, el mejor de todos los tiempos, en opinión de muchos, fue rechazado por los principales clubes de fútbol brasileños en los comienzos de su carrera deportiva, hasta que, tras jugar en varias formaciones secundarias, en 1956 fichó por el Santos de São Paulo. Su padre había sido un jugador de fútbol mediocre que se retiró tempranamente. Mientras aprendía el oficio de dominar el balón, Pelé se ganaba la vida como limpiabotas. Pero a los once años ya se habían fijado en él, y a los quince llegó al Santos, el equipo de su vida, después de la selección nacional de Brasil.” Dios me dio el don de saber jugar al fútbol, pero el resto lo conseguí yo entrenándome y preparándome a fondo para aceptar cualquier resultado”.
Entre 1956 y 1974, Pelé ofreció en el Santos verdaderos recitales futbolísticos. “La Perla Negra”, uno de los apelativos que recibió, era un jugador de corpulencia media que conjugaba una gran habilidad técnica, un poderoso disparo con ambas piernas y una inusitada capacidad de anticipación. A lo largo de su dilatada carrera deportiva, Pelé ganó con su club diez Campeonatos Paulistas (siendo el máximo realizador en once), cinco Torneos Río-São Paulo, dos veces la Copa Libertadores y otras dos la Copa Intercontinental en los mismos años (1962 y 1963), y, en 1962, el primer Campeonato Mundial de clubes.
Pelé debutó en la selección brasileña con sólo diecisiete años y, ya entonces, su contribución a la magia del juego carioca fue clave para la obtención del título mundial en Suecia en 1958. La incorporación de los jóvenes Pelé y Garrincha puso en marcha un juego artístico, fluido y dominador (el llamado jogo bonito) que muy poco tenía que ver con el fútbol de fuerza y pelotazo de los conjuntos anglosajones o con la improvisación de los mediterráneos.
Esas selecciones brasileñas tenían futbolistas fantásticos como Carlos Alberto, Jairzinho, Gerson, Rivelino, Garrincha, Didí, Vavá ,Santos, Zito, Gilmar, Mauro Zagallo entre otros que quedaron algo eclipsados por Pelé, pero él siempre decía: “Todos los jugadores de todos los equipos juegan igual, la diferencia llega cuando uno cuenta con dos o tres jugadores que tienen capacidades individuales. Ahí, amigo, se toca la gloria”
Se iniciaba así en los campeonatos mundiales una etapa brillante, marcada por la figura legendaria de Pelé, que asombró al mundo con su juego, su clase, su intuición, su control de la pelota y del disparo. En el Mundial de Suecia de 1958, un gol suyo frente a País de Gales hizo que los brasileños se plantasen en las semifinales contra Francia, a la que batieron por un aplastante 5-2, con tres goles de Pelé. Por aquel entonces Pelé no admiraba el fútbol británico, una vez declaró: “No hay peor castigo que nacer pelota y ser pateada por un inglés en Wembley”. En la final, la máquina brasileña arrolló a los anfitriones hasta dejar el marcador final en 5-2, nuevamente con tres tantos de Pelé.
Pelé había llegado al Mundial de Suecia como suplente, era un jovencito que prometía mucho, y regresó con la aureola que rodea a las leyendas. No tardaría en ser llamado O Rei, apodo que Pelé recibió en 1961 de la prensa francesa. En los años venideros, Pelé confirmaría su propio mito, ganándose la consideración de mejor jugador de todos los tiempos al liderar los triunfos mundialistas de su país en los campeonatos de Chile (1962) y México (1970); los tres títulos mundiales valieron al combinado brasileño la adjudicación en propiedad del primer trofeo instituido, la llamada copa Jules Rimet.
Tras obtener todos los títulos posibles y haber contabilizado más de mil goles marcados en partidos oficiales (1.284 goles en 1.363 partidos, según las estadísticas), anunció su retirada del deporte activo en 1974. Sin embargo, Pelé fichó en 1975 por el Cosmos de Nueva York, equipo constituido por un conjunto de grandes figuras del fútbol a fin de promocionar este deporte en Estados Unidos.
Después de retirarse definitivamente en 1977, recibió numerosos galardones y reconocimientos, tales como el Premio Internacional de la Paz (1978) o el de Atleta del Siglo (1980).
Con una fama sin fronteras, y habiéndose convertido en el deportista mejor pagado hasta el momento, Pelé inició una carrera relativamente exitosa en el cine como actor, llegó a participar en el largometraje de Evasión o victoria, de 1981, y en la música, como compositor de varias piezas, entre las que se incluye la banda sonora completa de la película de carácter biográfico Pelé de 1977.
Pelé continuó también ejerciendo una importante influencia en el mundo del fútbol desde los despachos, y en 1995 fue nombrado ministro de deportes en Brasil, cargo desde el cual impulsó la llamada Ley Pelé, con la cual pretendía modificar la legislación en materia de contratos deportivos entre clubes y jugadores.
Todavía unos pocos postulan para el título de mejor jugador de la historia a figuras como el holandés Johan Cruyff, el alemán Franz Beckenbauer, el francés Zidane o los argentinos Diego Armando Maradona, y, ya en el siglo XXI, Leo Messi, alegando que el altísimo nivel de exigencia del fútbol de las últimas décadas no es comparable al de los tiempos de O Rei. Yo añadiría a Don Alfredo Di Stéfano. En cualquier caso, los registros de Pelé siguen imbatidos y parecen inalcanzables; si no fue el más grande de todos los tiempos, sin duda si fue el primero de los grandes.
Pelé nos dejó el 29 de diciembre de 2022 a los 82 años. Durante sus últimos años sufrió de un cáncer de colon, aunque no se supo mucho de su estado de salud hasta casi al final.
Hace algunos años los Cantores de Híspalis cantaban una sevillana que decía:
“Salen al escenario dos avestruces, blancos los avestruces, llevando un carro de fuego.
John Lennon cantando a la paz, y Rafael Alberti vestido de sal, y Picasso pintando «La mar».
Pelé hacia la jugada prodigiosa y favorita de su vida, y a la guerra le dieron por fin la despedida”.
Pelé realizó muchas jugadas prodigiosas y favoritas en su vida, pero el dar por fin la despedida a la guerra, es desgraciadamente más complicado. Descanse en paz el hombre que adapto la samba a un campo de fútbol.