¿Conoces los efectos de la aspirina? Hace unos 30 años, era uno de los más populares para aliviar dolores de cabeza, musculares, dentales y bajar la fiebre. Sin embargo, con la llegada de otros medicamentos como el paracetamol y el ibuprofeno, la aspirina perdió gran parte de su fama. Además, la dejaron de subvencionar por la Seguridad Social, lo que también contribuyó a su pérdida de popularidad.
Aunque es comúnmente utilizada, muchas personas no se toman el tiempo de leer el prospecto y conocer los posibles efectos adversos que puede producir. Por eso, si necesitas ir al médico, olvídate de la automedicación y deja que el verdadero profesional te recete lo que más te convenga. A continuación, te presentamos algunas situaciones en las que nunca deberías tomar aspirina. ¡Comencemos!
6Si padeces de asma
El asma es una enfermedad respiratoria que se caracteriza por la inflamación y obstrucción de las vías respiratorias. Aunque es una enfermedad crónica, puede ser controlada con medicamentos y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina, puede aumentar el riesgo de pólipos nasales en personas con asma.
Los pólipos nasales son crecimientos benignos que pueden obstruir la nariz y afectar la respiración. Por lo tanto, es recomendable evitar el consumo de aspirina si padeces asma o hablar con tu médico sobre cualquier medicamento que contenga este ingrediente.