¿Conoces los efectos de la aspirina? Hace unos 30 años, era uno de los más populares para aliviar dolores de cabeza, musculares, dentales y bajar la fiebre. Sin embargo, con la llegada de otros medicamentos como el paracetamol y el ibuprofeno, la aspirina perdió gran parte de su fama. Además, la dejaron de subvencionar por la Seguridad Social, lo que también contribuyó a su pérdida de popularidad.
Aunque es comúnmente utilizada, muchas personas no se toman el tiempo de leer el prospecto y conocer los posibles efectos adversos que puede producir. Por eso, si necesitas ir al médico, olvídate de la automedicación y deja que el verdadero profesional te recete lo que más te convenga. A continuación, te presentamos algunas situaciones en las que nunca deberías tomar aspirina. ¡Comencemos!
2Si ingieres alcohol de forma habitual
El alcohol es generalmente el principal enemigo de los medicamentos, incluyendo la aspirina. La aspirina actúa bloqueando la formación de hormonas que aumentan el dolor y la hinchazón para aliviar el dolor, pero también son las mismas hormonas que protegen el revestimiento del estómago. Bloquearlas puede hacerte vulnerable y producir problemas gastrointestinales como úlceras.
Si ya es un problema que la aspirina puede causar por sí sola, es fácil imaginar que mezclarla con alcohol no es lo más aconsejable. En cualquier prospecto, verás en negrita una advertencia avisando de los posibles daños que puede causar.