Los científicos saben desde hace tiempo que el estrés complica una multitud de problemas de salud. Ahora se han dado cuenta de que el estrés crónico no solo exacerba las enfermedades, sino que puede provocarlas.
«Justo comenzamos a entender las maneras en que el estrés influye en una amplia variedad de enfermedades de la vejez, incluso las enfermedades cardíacas, el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de discapacidad, hasta la muerte temprana», dice Sheldon Cohen, profesor de psicología en Carnegie Mellon University en Pittsburgh, que ha estado en la vanguardia de las investigaciones sobre el estrés por 30 años.
2Aumento de peso
Se sabe que las hormonas del estrés estimulan una mayor predilección por los alimentos llenos de azúcar, féculas y grasas —por eso es que somos más propensos a recurrir a una barra de chocolate que nos ayude a superar un día estresante en la oficina—. Pero según investigaciones nuevas, la relación entre el estrés y el aumento de peso es mucho más compleja que simplemente elegir alimentos poco saludables. En un estudio publicado en julio en Biological Psychiatry, las mujeres que experimentaron uno o más sucesos estresantes en las 24 horas anteriores quemaron 104 calorías menos en las siete horas siguientes a alimentarse con comida rápida que las mujeres que se alimentaron de manera similar pero no experimentaron estrés.
Aunque, 104 calorías podría parecer una cantidad insignificante, pueden sumar hasta unas 11 libras de más al año. Según Janice Kiecolt-Glaser, investigadora especialista en estrés, profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Ohio State University en Columbus y la autora principal del estudio, además de aparentemente provocar estos cambios en el metabolismo, la reacción ante el estrés aumenta el nivel de insulina y disminuye la oxidación de las grasas, un proceso doble que estimula la acumulación de grasa. Otras investigaciones han encontrado una correlación entre el exceso de cortisol y la grasa abdominal.