Hoy vamos de los misterios del océano. Los océanos cubren más del 70% de la superficie terrestre y su importancia es vital para la supervivencia de la biota del planeta que habitamos como especie. Hoy, más que nunca, necesitamos recordar por qué la Tierra es llamada el «Planeta Azul».
Los océanos regulan el clima de la Tierra, absorben grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, proporcionan gran parte del oxígeno que respiramos y los alimentos que comemos. Han sufrido los estragos de la contaminación durante décadas, se han convertido en un sumidero de desechos, han soportado la degradación de los ecosistemas marinos y son objeto de una sobrepesca indiscriminada.
4¿Qué es el ciclo del carbono y qué papel juegan los océanos?
Más de los misterios del océano es lo que se relaciona con su papel en el ciclo del carbono es la base de toda la vida en la Tierra. Es un elemento esencial en la formación de moléculas complejas como las proteínas y el ADN, y también está presente en la atmósfera como CO2.
Tiene varias funciones: por un lado, ayuda a regular la temperatura de la tierra. Además, se encuentra en todas las formas de vida y es una importante fuente de energía que impulsa la economía global. El ciclo del carbono describe el movimiento continuo de átomos de carbono desde la atmósfera a la Tierra y viceversa y eso hace que se incrementen los misterios del océano.
Debido a que es esencialmente un ciclo cerrado, la cantidad de carbono en el sistema no cambia, pero sí su ubicación (subterránea, vegetación, océano o atmósfera). En la Tierra, la mayor parte del carbono se almacena en rocas y sedimentos, mientras que el resto se almacena en los océanos, la atmósfera y los organismos vivos.
En el caso del océano, el carbono se intercambia constantemente entre las aguas superficiales y la atmósfera o se almacena en profundidad durante largos períodos de tiempo y en eso consisten los misterios del océano.
Los seres humanos juegan un papel importante en el ciclo del carbono a través de actividades como la quema de combustibles fósiles o el desarrollo de la tierra. En consecuencia, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado rápidamente; ya es mucho más grande que en cualquier momento de los últimos 800.000 años.