Si existe una comida que es internacional y que ha estado presente en la gastronomía mundial desde tiempos inmemoriales, esa es el huevo frito. No hay receta más rápida, barata y que necesita pocos ingredientes o ninguno, si no lo tomas con sal, y está realmente delicioso. Eso sin contar que el huevo es uno de los ingredientes más interesantes desde el punto de vista nutricional, uno de los alimentos más completos que hay.
¿El problema? Que no todos saben hacer el huevo frito a su gusto, especialmente los que buscan que tenga puntilla, que la yema esté bien líquida, que logre freírse «en su punto» o que no salte el aceite, pudiendo generar quemaduras. Pero lo cierto es que para todo eso hay una solución, aunque si no eres de los clásicos que fríen el huevo con mucho aceite, puedes optar por una solución que parecería extraña, pero no lo es tanto: freír sin aceite y por supuesto sin que se pegue a la sartén. Vamos a ver todo ello.
6¿Con sal? Y si es así, ¿antes? ¿después?
Algunos aseguran que se debe poner la sal en la sartén, cuando el huevo está friendo. Pero esto es una mala idea. Para dar sabor al huevo, si te gusta con sal, el momento adecuado no sería ese. Lo ideal es justo al sacarlo de la sartén. En el momento en el que lo posas en el plato. Además, debería ser sal fina.
Por otro lado, si le quieres dar más sabor, un truco muy interesante es dorar unas láminas de ajo en el aceite previamente a freír el huevo. Eso le dará un toque a ajo muy rico. Otros agregan también algo de trufa negra, lo que también da un sabor excepcional.