Si existe una comida que es internacional y que ha estado presente en la gastronomía mundial desde tiempos inmemoriales, esa es el huevo frito. No hay receta más rápida, barata y que necesita pocos ingredientes o ninguno, si no lo tomas con sal, y está realmente delicioso. Eso sin contar que el huevo es uno de los ingredientes más interesantes desde el punto de vista nutricional, uno de los alimentos más completos que hay.
¿El problema? Que no todos saben hacer el huevo frito a su gusto, especialmente los que buscan que tenga puntilla, que la yema esté bien líquida, que logre freírse «en su punto» o que no salte el aceite, pudiendo generar quemaduras. Pero lo cierto es que para todo eso hay una solución, aunque si no eres de los clásicos que fríen el huevo con mucho aceite, puedes optar por una solución que parecería extraña, pero no lo es tanto: freír sin aceite y por supuesto sin que se pegue a la sartén. Vamos a ver todo ello.
2¿Cómo freír un huevo para que salga con ‘puntilla’?
Seguro que te frustra no conseguir un huevo frito con puntillas y con la yema líquida. Algunos quedan con la yema líquida, pero sin un ápice de puntillas, otros las tienen, pero la yema estará dura. Ni una cosa ni la otra es lo óptimo.
Para conseguir el mejor resultado deberías comenzar en este caso calentando abundante aceite en una sartén. No uses poco aceite o no se freirá bien. Cuando el aceite está bien caliente, vierte el huevo lo más cerca del aceite para que no te salpique al caer desde mayor altura.
Ahora, usa la espumadera para cubrir los bordes del huevo con aceite. Pero, cuando impulses el aceite sobre el huevo, cuidado de que no llegue a la yema o se cuajará. Finalmente, cuando los bordes estén dorado, saca el huevo y estará listo. No debería durar más de 20-25 segundos. Sencillo y práctico.