No es nuevo que la crisis energética y el conflicto entre Ucrania y Rusia ha afectado a la mayoría de países de la zona euro en lo que se refiere al crecimiento, también de España. Pero lo cierto es que ahora lo ha hecho con unos datos peores de los que se contaba hace unos meses, tal y como se ha reflejado en el último estudio del INE, el Instituto Nacional de Estadística.
Porque, si bien hasta hace unos meses atrás todo indicaba que el crecimiento económico en el conjunto de la Unión Europea se hace contraía significativamente en el último trimestre del año, en España está dejando ahora unos números por debajo de las previsiones iniciales.
Esto traía, entonces un efecto de arrastre negativo que se prolongará, al menos, durante los tres primeros meses del ejercicio próximo. En este respecto, lo que se ha conocido ahora es que hemos pasado del 4,6% previsto al 0,1% real, lo que significa un nulo crecimiento de España en este último trimestre.
Así lo ha certificado el Instituto Nacional de Estadística (INE), quien publicó la Contabilidad Nacional y en la que, además, rectifica a la baja el dato que adelantó en octubre.
EL INE rectifica a la baja las previsiones iniciales del crecimiento de España…
Con todo y con los números en la mano, lo que conocemos es que, en comparación con el mismo trimestre del año anterior, aún por la pandemia, el PIB desestacionalizado aumentó un 2,3% en la zona del euro y un 2,5% en la UE en el tercer trimestre de 2022, tras un 4,2% en la zona del euro y un 4,3% en la UE en el trimestre anterior.
Respecto del cuarto trimestre de 2019, el último completo antes del impacto de la pandemia, el PIB de la eurozona era un 2,2% superior y el de la UE un 2,8% mayor, pero con un crecimiento en España bastante menor de lo previsto.
Asimismo, y esta vez según Eurostat, el leve crecimiento económico de la eurozona y del conjunto del bloque se debe principalmente al buen comportamiento del consumo de los hogares y de las inversiones.
…Pero tendrá uno de los mejores crecimientos de la eurozona
De todas maneras, y aunque el INE publicó que el crecimiento del tercer trimestre fue de un magro 0,1%, eso quiere decir que el dato real ya es cero o, probablemente, negativo. O lo que es lo mismo; que podríamos estar ya en recesión.
Estadística explica, entonces, que en el avance de datos del tercer trimestre la mayoría de los indicadores estadísticos sobre la evolución económica reciente ofrecían resultados hasta agosto. No obstante, los resultados que se publican ahora ya incorporan todos los indicadores estadísticos que marcan la evolución económica del tercer trimestre… y no, no es buena, pero podría ser peor.
Aunque a pesar de las fuertes caídas, España tendrá uno de los mejores comportamientos de la Unión Europea (UE) que de media crecerá un 0,3%. Solo Irlanda (3,8%) y Malta (2,8%) mantendrán un PIB vigoroso y el resto tendrán incrementos muy débiles. Tras Rumanía (1,8%) y Bulgaria (1,1%), la previsión del 1% para España Grecia, Chipre y Croacia nos coloca en el pelotón de cabeza. En contraste, el PIB alemán y el sueco descenderán seis décimas en el conjunto del año. Estarán, pues, en recesión.
La economía española está resistiendo mejor de lo previsto
Por último, las exportaciones de bienes y servicios registraron un alza del 18,8% respecto al tercer trimestre del año anterior, lo que supone casi cinco puntos menos que en el segundo trimestre, mientras que las importaciones crecieron un 9% frente al mismo trimestre del año anterior, tres décimas más que en el segundo trimestre.
En definitiva, tal y como podemos comprobar, el crecimiento de la economía en España y, en general, la del conjunto de la UE está resistiendo mejor de lo previsto en un ejercicio especialmente adverso, marcado de principio a fin por la crisis energética, la invasión rusa de Ucrania y, en definitiva, una poderosa dentellada sobre el bolsillo de las familias.
De hecho, ha sido la propia vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha insistido en que las cifras apuntan «claramente» a un crecimiento superior al previsto por el Gobierno.
Así, y a pesar de su peor comportamiento en el tercer trimestre, la demanda nacional, es decir, el consumo y la inversión, aportó 0,5 puntos al crecimiento, mientras que la demanda exterior (exportaciones e importaciones) restó 0,4 puntos por la desaceleración de las ventas al exterior.