Íñigo Errejón no quiere votar a favor de la ley de Bienestar Animal. No porque no esté de acuerdo con el fondo de la norma impulsada por Podemos, sino porque es consciente de que el lobby de la caza del PSOE ha condicionado la posición de los perros. Unidas Podemos está al borde de tragar con las exigencias del PSOE con tal de sacar adelante la nueva norma, pero lo cierto es que el equipo de Pedro Sánchez solo votará a favor si hay perros de primera y perros de segunda. Lo curioso es que el diputado del Congreso Íñigo Errejón se ha parado en los pasillos del Congreso para intentar sacar las vergüenzas no solo del Gobierno, sino también de sus antiguos compañeros.
Errejón está pendiente de entrar en el equipo de Yolanda Díaz, pero no parece que las conversaciones estén muy avanzadas. El problema de los perros en la ley de Bienestar Animal no es ajeno ni nuevo para nadie. El PSOE está a punto de convencer a Podemos de que deje fuera de la norma a los perros de caza. Y Errejón no perderá la oportunidad de sacar las vergüenzas de que Sergio García Torres trague junto con Ione Belarra con la idea de que haya perros de primera y perros de segunda. El resumen es complicado, pero hay que entender que la ley pretendía en algunos casos prohibir las rehalas, si se entiende bien el texto.
Errejón ha anunciado que no votará a favor de la ley de Bienestar Animal si Unidas Podemos llega a un acuerdo inicial con el PSOE. El problema es que con la ley del solo sí es sí y la ley trans aprobadas con el apoyo socialista se ha complicado la papeleta de una formación morada que tiene que ceder ante algunas demandas, por mucho que no estén de acuerdo con ellas. Afortunadamente para los socialistas y para Unidas Podemos, el peso de Errejón en el Congreso es testimonial.
SE “PROHIBIRÍAN” LAS REHALAS
Tiene puntos fuertes y puntos flojos, pero lo cierto es que la Ley de Bienestar Animal ha venido para quedarse. Tras dos años de «duro» trabajo de Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales, la Ley de Bienestar Animal ha enfilado su tramo final para entrar en vigor. Los más damnificados por esta ley son, como era de esperar, los cazadores. Hay otros colectivos como aquellos que fomentan la cría ilegal de perros o gatos que también saldrán mal parados. Pero lo cierto es que los cazadores son los más perjudicados por una norma que castigará especialmente el maltrato animal. En concreto, las rehalas, esa forma de caza que pasa por llevar una buena cantidad de perros para rastrear y matar posteriormente a la presa, estarán vigiladas con lupa dado que hay varios artículos de la ley a los que podrían aferrarse los agentes para empapelar al cazador. Y desde las asociaciones de caza ya han puesto el grito en el cielo por el hecho de que no les dejen disfrutar de su deporte favorito.
La Ley de Bienestar Animal contempla, para empezar, que todos los animales que contribuyen al proceso de caza con rehala están sujetos a la norma, por lo que no hay forma de que los cazadores puedan esquivar las consecuencias penales que acarrearía el presunto maltrato animal. La ley define un animal doméstico como aquel «mantenido por el ser humano, siempre que su tenencia no tenga como destino su consumo o el aprovechamiento de sus producciones o cualquier uso industrial o cualquier otro fin comercial o lucrativo y que pertenezca a una especie que esté incluida en el listado positivo de animales de compañía». Con esta lectura, los cazadores no podrán considerar a sus perros de rehala como una herramienta para un fin, lo que habían hecho hasta ahora.