El arándano (vaccinium myrtillus) fue uno de los primeros alimentos que se denominó «superalimento». Hay muchas variedades que crecen en diferentes regiones del mundo. Las bayas crecen en racimos en arbustos y pueden variar en tamaño. Los arándanos cultivados son más dulces que los silvestres, pero todos comparten el mismo color azul-púrpura intenso, la piel fina y translúcida y las pequeñas semillas. Veamos sus múltiples beneficios en tu salud, y sin duda los añadirás a tu dieta de ahora en adelante.
1EL ARÁNDANO COMO PROTECTOR
Los arándanos contienen uno de los niveles de antioxidantes más altos entre las frutas y verduras de consumo habitual. Es lo que se conoce como puntuación ORAC. Son extremadamente ricos en compuestos vegetales naturales llamados fitoquímicos, como el ácido elágico y las antocianidinas.
Estos fitoquímicos son los responsables de la coloración azul, añil y roja de la baya. Los fitoquímicos de un arándano han sido ampliamente investigados por sus propiedades protectoras, que ayudan al organismo a combatir una larga lista de enfermedades.
