Alicante recupera uno de los espacios más emblemáticos de la Comunidad Valenciana

En 1803, el francés Esteban Die adquirió en la huerta alicantina una llamativa finca que se convertiría en una gran explotación agraria, y en la que construyó una no menos llamativa vivienda solariega con un riurau a la que llamaría Lo de Die. Estos son edificios que desde finales del siglo XVIII marcaron los paisajes de la Marina Alta rural, únicos en el mundo, diseñados específicamente para poder secar la uva y convertirla en pasa.

Por muchas vicisitudes ha pasado esta imponente finca hasta el día de hoy, en el que el chef José Antonio Sánchez, propietario de los restaurantes Els Vents y Villa Antonia, ubicados en San Juan de Alicante, ha decidido recuperarla del olvido y convertirla en un lugar para el disfrute de presentes y futuras generaciones. La espectacular finca ya tiene nuevo nombre, Villa Marconi De Die, respetando así el apellido de antiguo propietario que llegó a España procedente de Saint-André-d’Émbrun, cerca de Los Alpes, frontera con el norte de Italia.

Cuando el chef entró en la finca a finales del verano, el deterioro de los jardines e instalaciones era evidente y ha requerido emplearse a fondo para recuperar el esplendor que en su día tuvo su enorme superficie ajardinada con impresionantes palmeras y árboles, un ejército de jardineros, aparejadores y albañiles se han encargado de ello, y Monsieur Die estaría feliz de cabalgar a lomos de sus caballos por ella de nuevo.

José Antonio ha convertido esta finca en uno de los espacios más grandes y bellos para la organización de eventos de la Comunidad Valenciana. Sus arcos de sillería, su bodega, su secadero, sus antiguas caballerizas, su ermita y sus amplias extensiones al aire libre se llenan ya de sonrisas, alegría y celebraciones con una capacidad mucho mayor que la que disponía el chef en Finca Villa Antonia.

Entre sus mejoras, el empresario ha querido que la finca se alimente con energía solar para contribuir a la sostenibilidad de su región, evitando así contaminación innecesaria, además de otras mejoras que harán más verde este lugar.

Este espacio guarda tradición y romanticismo para los alicantinos en la celebración de Santa Faz, por los muy famosos rollitos de anís y el vaso de vino que Esteban Die ofreció por primera vez en 1804 y que se convirtió en tradición local.

Gracias al reconocido chef alicantino, Villa Marconi De Die recupera su orgullo y se convierte en un espacio que dará nombre y esplendor a Alicante y, por supuesto, no faltará allí la reconocida cocina y servicio profesional que caracteriza a los restaurantes de Sánchez.  

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